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26 enero, 2011

MAMA, TE QUEREMOS


Este cuento lo he hecho en especial para Loli, una valiente mujer que finalmente no pudo superar una grave enfermedad. Creo que la ayuda incondicional de sus dos hijos, que son maravillosos y su marido hizo de sus últimos años de lucha una verdadera leccion de familia y amor. Animo Paco, saldréis adelante, y tienes una maravillosa compañía para luchar cada día más… estará contigo brindando cuando haya mil ocasiones importantes en vuestras vidas, porque en vuestro corazon jamás se apagara su presencia. Besos amiga Raquel y gracias por pedirme este cuento , mediante el cual vamos a intentar honrar la memoria de Loli, porque lo merece. Besos.

Jorge y Noelia, siempre han sido unos niños tranquilos, que por la cercanía de su edad se han llevado todo lo bien que se pueden llevar los hermanos, exceptuando las típicas broncas por aquel o este juguete.
Hace un año, su madre empezó de repente a estar muy cansada y el mayor Jorge, de once años, empezó a preocuparse en privado por ver como su madre se cansaba tan rápido. La pequeña, Noelia de nueve años, no dejaba de preguntarle a su hermano porque su madre estaba tan cansada. Los pequeños le preguntaban frecuentemente a su Padre Paco, pero el no le daba importancia, no quería preocuparlos. Seguía haciendo cada día las mismas cosas, solo que a un ritmo más lento, pero sus hijos sabiendo que aquello no era lo habitual, la ayudaban en todo lo que podían, para que su madre no se viese tan cansada.
Un jueves por la tarde, cuando los pequeños volvieron del cole se encontraron a su madre desfallecida en el suelo del comedor, horrorizados la pequeña empezó a llorar y Jorge llamo de manera inmediata al 061, algo en lo que le había insistido mucho su madre últimamente, siempre le decía; “ si sucede algo y no esta papa, llama al 061 hijo”.
 La ambulancia llego rápidamente, los dos pequeños iban en la parte de atrás, con su madre, el pequeño con la cara sobre el regazo de su madre, que recobro la consciencia al poco, y el grande agarrándole la mano. Cuando llegaron al hospital, un chico con un traje blanco les dijo que esperasen en una sala. Al poco rato llego una mujer, que les traía un poco de leche.
-¿Dónde esta mi madre?- pregunto Jorge- por favor señora, ¿que le pasa?
-Tu mama esta enferma, pero el medico esta con ella, no te preocupes, ya veras como la cura.
-Pero yo quiero verla, es mi mama.
-Cuando el medico os deje entrar podréis verla, ahora os dejo aquí unos colores y unos folios, haber si me hacéis un bonito dibujo. No os mováis de esta sala ¿Vale?
El niño no se quedo nada contento, cogió los lápices de colores y se pudo a pintar mientras su hermano se quedaba dormido en el sofá de la sala. Llego su padre con cara muy asustada y les pidió que se quedasen allí, Jorge no podía dormir, pero vigilaba que su hermana no se despertase. La chica volvió al mucho rato, les dijo que podrían ver a su mama a través de un cristal, pero los pequeños se pusieron muy contentos. Una vez frente a ella, Noelia le puso sobre el cristal el folio que habían estado escribiendo en la sala, en el tan solo se podía leer en letras grandes y de colores: “MAMA, TE QUEREMOS”. En ese momento entraron sus abuelos por la puerta, venían desde muy lejos. Los dos niños se abrazaron a ellos. La abuela se los quería llevar a casa, pero Pablo no quería, no sin su madre. Finalmente, y tras mucho esfuerzo por parte de la abuela, los niños se fueron de allí, pero eso si con la promesa de que volverían al día siguiente. Pero el tiempo pasaba y la mama no mejoraba y los niños veían poco a poco una mama más cansada, pero siempre sonriente, sin pelo, y mucho mas delgada, pero los niños ni tan siquiera se fijaron en eso, nada era tan importante como abrazarla.
-Estoy muy fea… ¿Verdad hijos?
-Tú siempre serás la más guapa mama, siempre.

La enfermedad de su madre fue un gran monstruo que al final le gano la batalla, pero lo que no les quitaría jamás seria sus recuerdos, tantas risas, y su tacto… el que seguro algún día verán reflejado en sus propios hijos y nietos.
Hoy siguen luchando juntos, por el bien de Paco, para que se de cuenta de que aunque ella se ha ido, jamás los ha dejado. FIN




Espero que os haya gustado. Os recuerdo que si queréis que os haga un cuento personalizado y que se publique aquí, no tenéis mas que escribirme un email al correo: elpoderdelainocencia@gmail.com
Un beso.

4 comentarios:

  1. Gracias a ti ranita, es lo menos que merecias. besos¡¡¡

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  2. Ohh.. qué triste historia, y más sabiendo que viene de una historia real :(. Mucho ánimo para esa familia.

    Lana.

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  3. Muchas gracais Lana, creo que ya te sigo en tu blog, pero voy a comprobarlo y si no es asi.. me uno. Besos.

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