tag:blogger.com,1999:blog-35126894422667601912024-03-13T01:29:44.507+01:00El poder de la inocenciaGracias por vuestra presencia y bienvenidos todos al encuentro de las hadas y los elfos...
Espero llevaros de la mano al maravilloso mundo de los cuentos infantiles, y con la opción de poder personalizar uno inédito para la persona que me indiquéis.
Nos vemos por aqui !!!trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.comBlogger107125tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-32037687103075492962013-10-26T20:32:00.000+02:002013-10-26T20:32:02.300+02:00A la carga de nuevo ¡¡¡¡Después de un largo letargo, vuelvo a la carga .... esperaré vuestras peticiones gustosamente. Gracias a todos/as.trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-50722161384983271102012-03-01T19:12:00.002+01:002012-03-01T19:12:45.843+01:00ENTRE LUCES Y SOMBRAS<div class="MsoNormal"> </div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">(…) Cuando empecé a recorrer aquel viejo camino lo hice de manera absolutamente consciente de que sentiría el mismo miedo y angustia, pero con la confianza que me proporcionaba la experiencia de haberlo vivido antes. No más segura, pero si más fuerte. Esta vez había decidido empezar mi camino de noche, con la poca valentía y ya sin lágrimas en los ojos. Cada uno de mis pasos, se confundían con ese tétrico olor a humedad entre la niebla que creía cegarme y confundirme, cuando en realidad lo único que hacia era indicarme con más claridad el camino. No esperaba nada de nadie, me tenía a mi misma y era cuanto necesitaba para enfrentarme a mis propios demonios, aquellos que me habían asaltado durante miles de noches. Pero esta vez iba yo en su búsqueda, sin titubear, sin que mi amor propio se viese alterado, sin dejarme pisar por nada ni nadie. Mis largas uñas atravesaban las telarañas que querían cubrirme por momentos, las rompían sin piedad, porque en esta ocasión ya no me iba ha dejar manipular. Tras mas de dos horas caminando despacio mi respiración se había vuelto mucho más pausada, el aire que penetraba en mis pulmones era más limpio, y me proporcionaba más fuerza para continuar mi camino, que antes estaba minado. Durante unos minutos me recosté en un árbol, y me limité a escuchar el sonido del viento y dejar que me helase la cara, y una sonrisa se dibujo en mi rostro. Si, estaba sola pero me sentía tremendamente acompañada, debía ser que me había dado cuenta de que no dependía de nadie, tan solo de mi misma para avanzar en aquel camino que me llevaba a mi misma. El aroma de la maleza se incrustó en mi ropa y en mi piel, como limpiándome de tanta maldad que había tenido que soportar. Continué mi travesía en aquel incierto camino, sabiendo que de antemano que notado lo que parece bueno lo es, ni tampoco todo lo que parece malo ha de serlo. Cuando se tiene clara la verdad, lo demás son fabulas que tiene que inventarse la gente que no tiene agallas para reconocer su propias limitaciones, e intentan envenenar con ello a los demás, para así no sentirse solos ante su propia desgracia… la de no ser personas. </div><div class="MsoNormal">La luna me observaba mientras mis pies ahora descalzos sentían tras muchos años la libertad bajo sus pies, y me zarandeaba susurrándome que los corazones limpios viven más y mejor que los podridos…</div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-35342571895363535192012-01-20T17:04:00.000+01:002012-01-20T17:04:37.329+01:00LA VALENTIA 4ª Y ÚLTIMA PARTE<div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>FELIZ FINDE A TODOS/AS ¡¡ </b></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">No era consciente del tiempo que llevaba así, pero a mi se me parecía una eternidad. Escuche el lejano sonido de una puerta corredera, la cual me anunciaba que alguien entraba o salía, el no saber con certeza cual de las dos cosas era me mataba lentamente. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">La dulce voz de mi niña me devolvió toda la vida que se estaba escapando a cada minuto a solas en aquella jaula en la que se había convertido mi cuerpo. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Mamá, ya te puedes despertar, te traigo una sorpresa.- Gritaba. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">La sensación de impotencia era tan intensa que me maldecía a mi misma sin parar. Escuché como las sabanas de la cama se movían y un pequeño bulto se acurrucaba a mi lado. Necesitaba abrazar a mi pequeña de manera urgente. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Hola cariño- </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">¡Era la voz de Manuel! Dios mío había llegado a pensar que estaba muerto oque todo había sido un sueño y el no estaba ni siquiera en mi vida. Su voz prosiguió:</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Creí que no me dejarían venir a verte nunca, pero como siempre la espera ha valido la pena. Tuvimos un accidente, las placas de hielo descontrolaron el coche y caímos por un barranco. He tenido que hacer uso de todo el valor que tenía para venir hasta aquí y contarte lo que a mi me ha sucedido. Salí despedido por la ventana y cuando caí lo hice entre unas duras rocas y matorrales muy punzantes. Las rocas destrozaron una de mis piernas, me han operado tres veces… Los matorrales han destrozado mi cara. Tengo dos cortes profundos y uno de ellos cruza mi cara por completo. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Suspiré, pensando en lo que le pudo haber sucedido, en que esas heridas no eran tan importantes. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Tengo una cojera un tanto importante, me han dicho que quizás en unos ocho o diez meses pueda volver a andar sin bastón e incluso a volver a conducir, las marcas de la cara son más complicadas, dejarán una huella que seguramente no se pueda borrar. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¡Mamá, Manuel tiene unas cicatrices chulisimas en la pierna, Pablito dice que parece un robot!- La forma en que mi hija tenía siempre el don de darle a las peores cosas la vuelta para que pareciesen buenas siempre me asombraba.- Despiértate y ya verás mamá.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Saber que estaban allí me emocionaba, mi corazón se partía escuchando la voz de mi pequeña pidiéndome que me despertase. Note como las lágrimas caían por mis sienes. Siiiiiiiiiiii, las notaba. Un pitido agudo empezó a sonar mientras me notaba algo incomodísimo en la garganta. La voz de una mujer me indicó que en un momento me lo habría quitado. Era un respirador. Tenía la boca asombrosamente seca y de mi garganta no salía un solo sonido, pero mis parpados empezaron a abrirse lentamente, los rayos de luz eran como intensos látigos que quemaban mis retinas. Todo estaba borroso, pero poco a poco mi visión se fue aclarando y ya notaba la mano de mi niña entre las mías. Me abrazó con tanta fuerza que casi me ahoga, Marisol vino y se la llevó prometiéndole que volverían en cuanto se tomasen un chocolate. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Volví la cabeza y miré a Manuel, y el intenso azul de sus ojos hizo que ni tan siquiera reparase en las cicatrices de su cara, era el hombre de quien me había enamora, seguía siéndolo con cicatrices o sin ellas. No quería que me besase, mis labios estaban secos y tenia una horrorosa sensación en el paladar, aun así lo hice, llenándomelos de miel. Mi garganta seguía sin poder emitir un solo sonido. Entro un médico por la puerta, me hicieron un montón de pruebas y después se sentó al lado de Manuel. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Bien, quizás en unas horas no pueda hablar, es normal. Durante dos días seguiremos alimentándole por vena, y después si todo sigue igual de bien, podremos empezar con una dieta blanda. Quizás esté un poco desorientada pero tras casi dos meses en coma es lo que se espera. Cuando tengamos el resultado de las pruebas volveremos y hablaremos de los resultados. Es una alegría poder ver el color de sus ojos, señorita.- Se giró hacia Manuel- Usted no se quede demasiado, debe descansar, esos puntos no deben moverse un milímetro o tendremos que volver a quirófano. Supe entonces que la vida nos había dado una nueva oportunidad y que debíamos aprovecharla al máximo. Una vez fuera del hospital y con nuestros hijos de la mano, supimos que daba igual lo que pasase en nuestra vida, que todo cuanto necesitábamos lo llevábamos agarrado de la mano y dentro de nuestros corazones. Todo lo demás era una gran fachada de hipocresía con la que la gente que tiene su vida vacía intenta llenar sus carencias, esas carencias que no se compran con dinero. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Besos ¡¡¡ </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-32537366174689122142012-01-19T09:17:00.000+01:002012-01-19T09:17:16.844+01:00CARTA DE AMOR<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>HOY OS DEJO MI CARTA DE PARTICIPACIÓN EN EL CONCURSO DE CARTAS DE AMOR DE </b></span><a href="http://astarielle-miblog.blogspot.com/"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">http://astarielle-miblog.blogspot.com/</span></a><b style="font-family: Verdana, sans-serif;"> ES UN POCO ATÍPICA, PERO ESPERO QUE OS GUSTE. BESOS¡¡ </b><br />
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<div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b><br />
</b></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>Para ti, mi corazón: </b></span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Creo que te debía una carta de disculpa por haber dejado que te tratasen tan mal, tan solo por el hecho de que por estar en mi cuerpo eres sensible y a veces débil. Nunca debí permitir que te dieses por completo, que gastases todas tus energías y que contigo arrastrases a autoestima, una gran amiga tuya que suele mantenerte en pie cuando parece que vas a caer. Se que no fui justa contigo cuando me enamoré de la persona inadecuada y te pedí que te entregases por completo a ese amor, se cuanto has llorado y sufrido, por eso entiendo que hoy en día estés aun reconstruyéndote. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Espero que sepas que a través de esta carta estoy intentando culpabilizarme de haber visto impasiblemente como te hacían pedazos y por alguna razón yo no salía ni en tu defensa ni en la de autoestima. Si, yo también he aprendido que tú, amigo corazón, eres lo más importante, por eso espero que sepas perdonar que aun notando a cada paso como te hacían añicos no saliese en tu defensa y que de una manera absolutamente estúpida te retuviese muy a tu pesar cuando a tu amiga autoestima la pateaban en el suelo. Quizás eso no lo pueda olvidar nunca. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Mediante este pequeño escrito, te hago la promesa silenciosa de que jamás volveré a dejar que eso ocurra, que cuidaré cada una de las heridas de autoestima y acabará siendo tan fuerte y alegre como lo fue siempre, y que a partir de ahora dejaré que tu profesor Don Sentido Común intervenga más en mis sentimientos. Igualmente, tú que me conoces bien, sabes que ese paso es muy difícil para mí, que no puedo dejar de pensar que algún día llegará el hombre que nos haga felices a todos, y por eso te pido que no te cierres en banda, aunque ahora rechaces la idea, quizás cuando autoestima se recupere las cosas cambien. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Sigo a tu lado, corazón, siento tu sufrimiento… pero también nos noto cada día más fuertes gracias a autoestima. Pronto entre todos podremos volver a sentir sin miedo, y seremos felices. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Voy a cuidaros, porque en el fondo sois mi pequeño tesoro y quiero que hoy por hoy gastemos esas energías de recuperación juntos, amando solo a quien nos quiera. No lo dudéis saldremos adelante y seremos cada día más fuertes. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Os amo. </span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-75402564250314545982012-01-16T20:02:00.003+01:002012-01-17T12:16:19.672+01:00LA VALENTÍA ( 3ª PARTE )<div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Tras la marcha de las dos adolescentes y los dos pequeños con ellas para dar una vuelta por la urbanización, el griterío cesó y dejó paso a la tranquilidad de los adultos. La conversación era muy amena aunque yo estaba un poco absorta, hacía demasiado que no tenía una reunión familiar. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Como somos unos cuantos ya, y entiendo que las mujeres odien fregar, hemos pensado, Marisol y yo, en que podíamos invitaros a comer todos fuera, hemos hecho la reserva al venir, espero que no os moleste. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Estaremos encantados de compartir una increíble velada, da igual donde- dijo Manuel.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">La conversación siguió su camino, las risas se abrían paso entre las miradas cómplices de Pablo y su mujer y como no de las mías propias con el amor de mi vida. Sin casi darnos cuenta ya habían pasado más de dos horas y casi eran las dos y cuarto del mediodía. El restaurante había sido reservado para las dos y media. Llegaron los niños y las adolescentes. Como no, los pequeños querían ir con las adolescentes, así que se apiñaron en el Mazda. Mi chico y yo nos dirigimos a su coche tras arreglarnos un poco. Hacía muchísimo frío y una intensa niebla lo cubría todo, su espesura era tal, que se volvía tétrica por momentos. Íbamos despacio, calmados, charlando entre nosotros. En apenas un segundo sonó un enorme golpe seco en la parte trasera del coche, las placas de hielo de la carretera hicieron el resto, recuerdo vagamente el sonido del cortafríos al romperse, y el coche dando vueltas sin parar. La última parte que veo nítida en mi mente es aquella en la que Manuel sale disparado a través del parabrisas, después una oscuridad que aun no deja de acompañarme. Estoy caliente, escucho voces a mi alrededor… pero ¿Por qué demonios no los veo si tengo los ojos abiertos?...</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">El terror se está apoderando poco a poco de mí, me estoy dando cuenta de que no siento ningún miembro de mi cuerpo. Quiero chillar, pero mis labios permanecen sellados. Escucho un montón de voces desconocidas, pero aun no se si hablan de mi. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Pasarla inmediatamente a <st1:personname productid="la UCI- Escuchaba" w:st="on"><st1:personname productid="la UCI-" w:st="on">la UCI-</st1:personname> Escuchaba</st1:personname> decir a un hombre con voz muy autoritaria y tal vez y un poco agobiada. En la lejanía escuchaba como lloraba mi pequeña, y la cariñosa voz de Marisol calmándola. Entre en una especie de estado de histeria, atrapada en mi cuerpo, sin poder expresarme de ningún modo. Intentaba una y otra vez mover las piernas y las manos, pero no daba resultado, tan solo escuchaba como cerca mía dos enfermeras y un enfermero hablaban de mí, una conversación que calificaría de espantosa.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Esta chica esta muy mal, colócale tú el otro catéter.- Decía una de ellas.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Espero que pase las primeras veinticuatro horas, sino no se va ha poder hacer nada- Replicó el chico.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Vamos no seáis cenizos, aun es muy joven, saldrá de esta… vigilar la respiración asistida y que durante las próximas cuarenta y ocho horas no la visite nadie.-dijo una nueva voz.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Cuando se dio esta conversación ya hacía un rato que mi mente había recordado el accidente y por lo tanto di por hecho que estaría en un hospital. Empecé a desesperarme, a querer ver a mi niña, a saber que le había pasado a Manuel… pero mis labios seguían sellados y mis músculos muertos…</span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-58546541351620431112012-01-12T19:49:00.002+01:002012-01-12T19:49:43.342+01:00LA VALENTÍA ( 2ª PARTE)<div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Tras apartar mi mejilla de su pecho, le pedí que agachase la cabeza para besarlo lentamente. Ahora su saliva me sabía a honradez, a respeto y sobre todo a hombría, ese tipo de hombría que sabe darle su lugar justo a la sensibilidad. Si, el muchacho que había conseguido conquistado años atrás por su innato atractivo, su físico impoluto y su carisma como persona, había evolucionado de manera que ahora era todo eso, combinado a la perfección con una enorme dosis de sensatez y bondad. Sus enormes manos rodearon mi cintura desplazándome suavemente hacia la pared de la entrada, al pie de las escaleras que subían a las habitaciones. Supe en aquel mismo instante que esa noche haríamos el amor, con todo lo que ello representaba, y que no sería tan solo una sesión de sexo. Mi intuición no me falló, y cuando nuestros cuerpos se encontrados desnudos y abrazados tras una larga serie de caricias y confidencias, mis manos volvieron a enlazar las suyas, con esa certeza inexplicable que a veces tan solo nos brinda la vida por azar. Su presencia en mi vida, había traído algo que nadie ha podido jamás pagar con dinero… la tranquilidad de ser amada. Era imposible no dejarse arrastrar por todo cuanto me hacía sentir, por sus risas, por su manera despreocupada de ver la vida, por la libertad que me hacía sentir a su lado. Cuando nuestros cuerpos sucumbieron ante el sudor y los jadeos, poco a poco el sueño se fue apoderando de él, y una vez se hubo dormido profundamente, me deslicé silenciosamente hasta el salón con mi diario en la mano, recuerdo mi primera frase: “Soy feliz, y esa felicidad ha matado los viejos fantasmas que me atemorizaban”. Si, seguí escribiendo durante largo rato, sabiendo que a pesar del frío, del temblor de mis manos, del cansancio de mi cuerpo tras ser amoldado por sus dedos, podría llenar mil páginas con tan solo imaginarme sus movimientos, su manera de mirarme, de abrazarme sin que se lo pidiese. Cuando regresé a la cama, apenas se movió levemente para abrazarme por la cintura de espaldas. Recordé a nuestros hijos jugando, la tranquilidad de su hermana, el coraje de no tener que esconder verdades evidentes… y si, decididamente, eso lo había convertido en un verdadero hombre a mis ojos. Su osadía era tan natural que no quedaba duda de que su vida era transparente, tan transparente como sus ojos. Y supe que era un nuevo comienzo para los dos, aunque en realidad éramos cuatro ya. Nos despertó un mensaje en su móvil sobre las once de la mañana, su hermana estaba impaciente por subir con sus hijas y presentarme a su marido. Nos dimos una ducha rápida y nos vestimos ante su inminente llegada. Cuando ví el brillo en los ojos de mi pequeña, supe que la felicidad era exactamente eso, el poder compartir veladas maravillosas con gente que te quiera de verdad. De repente mi solitaria casa, que hasta hacía poco era sombría y triste por todo el daño que en ella se me había producido estaba radiante, como si una gran bola de luz le diese vida propia…</span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-7445393040935830682012-01-11T19:15:00.001+01:002012-01-11T19:16:42.895+01:00LA VALENTÍA (1ª PARTE)<div class="MsoNormal">Cuando sonó el timbre, tuve que respirar varias veces antes de abrir, pero mi pequeña ya se me había adelantado y mirando por el cristal adyacente a la puerta gritaba sin cesar: “¡Mamá es Manuel, y trae a un niño con él! mi extrañeza aun creció más y decidí mira antes de abrir. Era verdad, en la puerta estaba Manuel y un niño de la edad más o menos de mi propia hija, el pequeño era su propio reflejo. Abrí desconcertada la puerta, pero él no se inmutaba y su sonrisa no había perdido el encanto de la última vez. No supimos como saludarnos, así que simplemente agarró mi mano. </div><div class="MsoNormal">-Te presento a mi hijo Pablo.</div><div class="MsoNormal">-Hola Pablo- le saludé agachándome.- ¿Me das un beso?</div><div class="MsoNormal">El pequeño titubeó pero finalmente acabo dándomelo. Mi pequeña ya estaba en brazos de Manuel, mientras el le ofrecía su cara para que lo besase. Finalmente fuimos a por unos cuantos juguetes a la parte de arriba de la casa y los dos niños empezaron a jugar, sus risas llenaban toda la estancia de una esencia especial, con ese olor característico de hogar que siempre me había gustado tanto. </div><div class="MsoNormal">Yo y Manuel, sentados en el sofá, apenas habíamos separado nuestros dedos entrelazados. </div><div class="MsoNormal">-¿Has traído a tu hijo? </div><div class="MsoNormal">-Por supuesto, jamás podría separar a las dos cosas que más amo en este mundo, sería injusto que si formas parte de mi vida no la hagas de la suya. </div><div class="MsoNormal">Quizás fue el detalle más bonito que jamás hubiese esperado, el más íntimo y personal. Era de esos detalles que hablar por si mismos, de manera alta y clara. Disfrutamos de la visión de nuestros hijos jugando, y durante un instante noté como mis ojos se llenaban de estúpidas lágrimas de ilusión, de sentirme de verdad valorada. Apenas habían pasado un par de horas cuando el timbre volvió a sonar, miré a través del cristal y ante mi estaba una chica que jamás había visto hasta aquel momento, o por lo menos no la recordaba. Pensando que sería una vecina abrí la puerta. </div><div class="MsoNormal">-Hola, soy la hermana de Manuel, espero no molestaros. </div><div class="MsoNormal">Me quedé atónita, mis manos y mi cara se helaron. Hacía un horroroso frío aquella noche de Enero, y la hice pasar inmediatamente, avisando al hombre que me hacía tan feliz de la visita inesperada. Su cara se llenó de sorpresa, pero no dejó de sonreír un solo instante. Tras las presentaciones, hice pasar e invité a sentarse a Marisol. La verdad es que la situación se había vuelto muy tensa para mí, pero ellos parecían estar mucho más relajada. Ofrecí algo de beber a la nueva invitada y ella rechazó la invitación, a los pocos minutos estaba en el suelo jugando con los niños, y a pesar de no haber sido presentada oficialmente a mi hija, sabía como se llamaba perfectamente. Miré a los ojos a mi hombre y pensé que jamás había conocido a nadie tan transparente como él en toda mi vida. </div><div class="MsoNormal">-¿Cómo es que has venido hasta aquí Marisol?- Le preguntó su hermano.</div><div class="MsoNormal">-Buenos, ya sabes que mis chicas ya no son unas niñas, saliendo esta noche de marcha y avisándome de que no volverían a dormir y esta noche Pablo trabaja, es mi marido- me aclaró- así que la verdad es que me sentía muy sola y he pensado que quizás os vendría bien que me llevase a los niños esta noche y os los devolviese mañana a mediodía, me encantaría estar con ellos. ¿Qué os parece a vosotros?- preguntó mirando a los niños. Los dos empezaron a dar saltos y a pedirnos por favor que los dejásemos ir, que sería muy divertido. Tras pensarlo un poco y asegurándome Manuel que su hermana era una niñera excelente accedimos, y los tres se marcharon por la puerta, mi hija mochila en mano con el pijama y una muda por si acaso. Quedamos en comer en mi casa todos al día siguiente. Cuando cerré la puerta tras de mi, tras decirle adiós con la mano a los tres ocupantes del Mazda que había justo en la puerta, las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, haciéndome sentir de un modo en que jamás antes me había sentido. </div><div class="MsoNormal">-No llores que la niña está en las mejores manos posibles. - me dio con su profunda voz.</div><div class="MsoNormal">-No es por eso- le contesté- ¿Cómo sabía tu hermana donde vivía? </div><div class="MsoNormal">-Creo que no te ha quedado claro que ya no soy un niño, que soy un hombre, sin nada que esconder. Yo mismo le dije donde vivías, lo que siento por ti, formas parte de mi vida y para mi es un privilegio que sea así, por ello no solo lo sabe todo el mundo, sino que las personas más importantes en mi vida fueron las primeras en saberlo. ¿Acaso es algo malo estar enamorado? </div><div class="MsoNormal">Sus palabras iban emocionándome cada vez más y mis lágrimas se acabaron convirtiendo en un torbellino imparable. Me abracé a él con fuerza, y por primera vez sentí que de verdad me encontraba ante la máxima expresión de la palabra hombre. Pero la noche aun no había empezado…. Y quedaba mucho por vivir….<br />
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<span class="Apple-style-span" style="background-color: #94bee9; color: #333333; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 19px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>Espero que os haya gustado. Os recuerdo que si queréis que os haga un cuento o un relato personalizado y que se publique aquí, no tenéis mas que escribirme un email al correo: <a href="mailto:elpoderdelainocencia@gmail.com" style="color: #8f00c9; text-decoration: none;">elpoderdelainocencia@gmail.com</a></b></span></span><br style="background-color: #94bee9; color: #1f1f1f; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 19px; text-align: left;" /><span class="Apple-style-span" style="background-color: #94bee9; color: #333333; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 19px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>Un beso.</b></span></span> </div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-40452142314404950092012-01-07T19:29:00.000+01:002012-01-07T19:29:07.778+01:00SONRISAS<div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Mis manos temblaban mientras me maquillaba, angustiada ante la espera de su regreso. Su última visita había estado cargada de sensaciones y me había dejado un intenso aroma en las manos. Quizás el maldito miedo había vuelto a mi, quizás no estaba acostumbrada a tanta ternura, pero si algo tenía claro era que esa última tarde juntos había dejado un encontronazo de sentimientos muy diversos entre nuestras manos y nuestras miradas, que nuestro abrazo final había sido de una calidez especial y que cada una de nuestras palabras habían sido sinceras. Ahora que él estaba a punto de volver a plantarse ante mi, mis manos sudaban y el corazón se me aceleraba al pensar que en quizás el no me había echado de menos durante ese corto espacio de tiempo, en que tal vez sus sentidos no habían sido tan intensos como los míos… en que el deseo no se había apoderado de él, de la misma manera que de mi. Supe por primera vez que con él no necesitaba ser amada, sino deseada, pero al mismo tiempo me encantaba levantar el auricular de mi teléfono y que su voz sonase tras el, sabiendo que así yo estaba de algún modo en sus pensamientos y que formaba parte de una pequeña esquina de su vida. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Me sentía inseguro ante el espejo, pero me gustaba lo que veía ya que tan solo reflejaba mi persona, sin fantasmas que me achicasen por detrás, que me hiciesen daño mientras les daba mi alma… no, tan solo era yo, sencillamente, y ahora lo veía más claro que nunca. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Escuché su coche aparcando el la puerta, y me entraron dudas respecto al tipo de saludo que deberíamos darnos. Cuando lo tuve delante estas se disiparon, y le abracé pausadamente, degustando de nuevo ese aroma que lo embriagaba todo, ese perfume que me incitaba a desnudarlo entre mis brazos. El roce de nuestros labios en nuestra última cita había sido rápido y casi imperceptible, pero tenía la certeza de que él también lo había notado, y deseaba estar no equivocada. Jamás podré olvidar su risa, su manera de hacerme reír, la bondad de sus ojos y esa manera tan especial de mirar a la vida de frente, pero esa noche estaba allí porque le deseaba, más allá de nuestras risas y confidencias, de los dulces olores que desprendían nuestros cuerpos, de todo cuanto nos quedaba por decir…. </span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-72429283148203655832011-12-30T13:19:00.002+01:002011-12-30T13:19:43.795+01:00LA RECREACIÓN INESPERADA (2ª Y ÚLTIMA PARTE)<div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">… note como sus brazos me enlazan con mucha dificultad y enseguida caí en porque…. Le pedí que parase un segundo la música y corriendo subí las escaleras y me puse los zapatos con más tacón que tenía. Cuando volví a su lado y volvió a enlazarme sentí como en ese momento si que la situación era perfecta. Puse mi mejilla contra su hombro y y el latir de su corazón zarandeaba mi cara haciendo que mis propios latidos se hiciesen evidentes tras la camiseta de mi pijama. Acaricié con mis largas uñas su nuca, entrelazando su pelo en ellas. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Manuel, no quiero enamorarme de ti…- le susurré sabiendo que en realidad no era en absoluto lo que pensaba.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Creo que es demasiado tarde para los dos, llevamos demasiados años recordándonos, esperándonos, deseándonos… y eso debe ser lo que llaman amor ¿no?</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Nuestros cuerpos se movían ligeramente y sus manos acariciaban mi espalda. Lentamente nuestras caras fueron deslizándose al unísono y lamimos nuestros labios con gusto, mirándonos a los ojos. Nuestras manos cayeron a plomo enlazando las del otro. Un intenso calor recorría cada uno de mis sentidos. Aún no podía creerme que él, en la distancia, hubiese estado pensado en lo mismo que yo durante tantos años. Sigilosamente fuimos quitándonos la ropa el uno al otro, salía vapor de nuestra piel, pero el intenso frío no entorpecía cada aliento que nos regalábamos. Sus estallidos de placer inundaban mis oídos, mientras me susurraba que jamás volvería a perderme de vista y yo a él le gemía que jamás deberíamos habernos perdido de vista. Su afeitado perfecto dibujaba entre las luces y sombras del salón una mandíbula perfectamente perfilada, unos carnosos labios. Las cinco de la mañana, y las mantas cubriéndonos el cuerpo en mitad del estrecho sofá. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Vete antes de que se levante mi pequeña- le dije sabiendo que lo que más deseaba en aquel momento es que no se fuese jamás. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Bien, pero no podré estar mucho sin verte, ya no me llega con tu recuerdo…</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Le observé mientras se vestía, sus movimientos sutiles, su piel de porcelana, su elegancia… era un absoluto placer que colmaba esa parte voayeur que hay en mi. Besándome largamente le vi alejarse… Deseando ya desde el instante en que arrancó su coche que su vuelta fuese inminente, rápida y apasionada. Descubrí entonces que llevaba horas con una inmensa sonrisa en la boca… la que me provocaba cada una de sus miradas. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Fin.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Besos¡¡ </span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-60221337512437488852011-12-29T19:27:00.000+01:002011-12-29T19:27:04.274+01:00LA RECREACIÓN INESPERADA<div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Día de nochebuena. Mi pequeña y yo ante una mesa que aunque escasa a nosotras se nos antoja maravillosa. La cena ha terminado y estamos en el sofá, abrazadas. Son más de las once y media, y el frío ya empieza a congelar las tuberías. El timbre suena sobresaltándonos, seguro que es algún vecino que necesita cualquier cosa. Le pido a mi hija que mire quien es desde la pequeña ventana lateral de la puerta. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¡Mamá es un chico muy alto!- está emocionada. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Mi corazón se detiene un segundo, pero rápido vuelvo a pensar que será uno de esos vecinos que no conozco. Me acerco a la misma ventana y le veo. Enciendo la luz de la entrada y le pido a mi hija que entre, el frío es demasiado intenso. Su elegante figura, con las manos en los bolsillos y ese aire despreocupado que siempre parece tener, vuelve a sacarme una sonrisa. Le pido que pase. Cuando traspasa el umbral de mi puerta huelo su colonia, la que nunca ha dejado e usar, cacharel clasica. Una vez cierro la puerta, se agacha y roza mi helada mejilla con sus labios. Mi niña esta histérica en el comedor, se siente fascinada por aquel especie de gigante, a sus ojos claro, que acaba de invadir nuestro salón. Hago las presentaciones y el se pone en cuchillas abriendo los brazos, mi pequeña apenas sabe lo que hacer, hace demasiado tiempo que un hombre no permite un abrazo suyo. Se dan unos besos y los ojos de mi pequeña brillan.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Mamá mira que alta estoy- grita ella entusiasmada, sin saber que esa altura se la proporciona el metro noventa y seis de quien la sostiene.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Finalmente nos sentamos todos, no quiero preguntarle nada, no delante de mi hija, así que nos dedicamos a mirarnos mientras vemos una película de dibujos en la tele. Nuestras miradas desean que pronto mi pequeña caiga rendida por el cansancio pero las horas pasan y eso parece no suceder. Tras unos juegos entre los dos, convenzo a mi pequeña de que es hora de irse a la cama. Son las dos de la mañana. Las luces del árbol se quedan pequeñas al lado de la luz que trasmiten sus ojos azul añil.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Tras asegurarme de que mi niña duerme vuelvo al salón donde la luz principal a sido apagada y tan solo se ve iluminada por las luces del árbol y su presencia, que vuelve a hacer que mi estómago se llene de pequeñas hormigas revoloteando. Ya se ha sentado en el sillón principal, me siento a su lado.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Qué haces aquí una noche como esta?- le pregunto mientras mi voz sigue temblando cada vez que recuerdo nuestro último encuentro.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Creo que nos debemos algo mutuamente, y ya es hora de que nos lo dediquemos. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Conociéndolo sabía que podía ser cualquier cosa, pero por mucho que hubiese querido pensar jamás pensé que humanidad y sensibilidad llegase hasta extremos que me sorprendiesen. Saco de su bolsillo un pendrive, colocándolo en la rañura de mi tdt. Estaba totalmente desconcertada por su actitud, pero mi cara lucia una sonrisa constante. El extendió su gran brazo y me ofreció su mano, la agarre suavemente. Estábamos frente a frente, mi cara apenas llegaba a su pecho, y entonces supe lo que estaba pasando. Quince años atrás en esa misma situación, en la que por primera vez pude acariciar con gran esfuerzo su nuca, interrumpieron nuestro baile los cinco acompañantes que me habían puesto para que nadie me molestase. Pero en aquella ocasión era fin de año, yo había salido muy bien acompañada por los chicos de la pandilla, todos increíblemente altos y amables, me cuidaron como una reina. Él esa noche trabajaba en el pub del que era encargado, y allí es donde decidimos acabar la noche la pandilla. Cuando ya no quedaba nadie, él puso una última canción y extendiéndome la mano como en este momento, me había invitado a bailar, pero mis “guardianes” habían aparecido interrumpiendo ese momento. Cuando le dio al play y los primeros compases de Santana empezaron a sonar, me parecía increíble que incluso recordase la canción. Noté como poco a poco mi salón se trasformaba en aquella lejana pista de baile, volví a verme con mi vestido de satén negro y mi pelo perfectamente alisado… y a él con su traje informal gris perla. Agachó su cabeza hasta mi hombro y besándomelo levemente me susurró con su profunda voz: “Tu piel es aun más suave que el precioso vestido que llevas esta noche” y en ese mismo instante supe que iba a realizar una perfecta recreación de todo cuanto sucedió aquella noche, quince años atrás, incluso las mismas frases, los mismos movimientos… pero esta vez nadie nos interrumpiría, y así no quedaría inacabada. Ese era el regalo más maravilloso que podía recibir, pues me demostraba, que al igual que yo no había podido olvidarla. Pero aun quedaban más sorpresas aquella noche…. </span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-8172357646450866682011-12-28T09:53:00.000+01:002011-12-28T09:53:07.858+01:00SENTIMIENTOS<div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hoy he decidido hacer esta nota, para intentar hacerme un bien a mi misma, y dejar ya de llorar por lo que creí que era y en el fondo nunca fué.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Empezaré diciendo que JAMÁS me arrepentiré de haber amado con toda mi alma al que siempre pensé que era el amor de mi vida. Y nunca me arrepentiré porque le entregué hasta la última gota de mi corazón mientras él no se daba ni cuenta de que a veces las palabras hacen que se vaya desangrando. Quizás sea una de esas estúpidas personas que siempre han creido que el amor era más fuerte que todo, que si amaba con el corazón sería correspondida del mismo modo, sin que nada lograse romper esa union de sentimientos puros. </span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Si echo la vista atrás, creo que ningún sentimiento puede ni debe ser cuantificado, si me ofreciesen mil millones por la muerte de mi madre, los rechazaría sin pensarlo un segundo. Pero la muerte llegó a su puerta y me enseñó que la vida era muy corta y que por eso debía amar sin mesura a quien mi corazón me indicase. </span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Y si, lo hice, con cada puto poro de mi piel, con cada pensamiento, y cada centrimetro de mi cuerpo y mi alma. Jamás me arrepentiré de haber soñado con que envejeciamos juntos, con los miles de relatos que le escribí, de cartas de amor, de palabras que salían directamente de mi corazón... Llegado el momento hubiese dado mi vida por él, porque ese tipo de amor solo sabe hasta donde llega quien lo siente. Llegué a hacer cosas que jamás pensé hacer, soñé con cosas que jamás me había propuesto volver ha hacer en mi vida... tres años dan para mucho amor, en una persona como yo, tres años llevan a una entrega total. </span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Cuando ese amor, el que siempre defendí por encima de todas las cosas, se volvió cuantificable supe que quizás no todo el mundo tenía el mismo sentido del amor que yo. Pero me considero absolutamente afortunada de ser asi, de que no sea capaz de cuantificar una cosa tan importante como el amor. He llorado tanto, que me he llegado a quedar sin lágrimas.. y sigo llorando, de la pena que me da ver que esa persona jamás fué consciente de cuanto llegué a amarlo. Hoy, tres meses después, sé que cada buen recuerdo llena los malos, que siempre hice lo que me dictaba el corazón... y de que a pesar de todo, nunca me arrepentiré. Seguiré siendo así, dándome al cien por cien cuando crea en alguien ciegamente, tal y como creí en él. Ojalá se hubiese dado cuenta. Hoy me he dado cuenta, de que necesitaba alzar la voz y decirlo, porque mi sufrimiento, a pesar de todo... valió la pena y jamás me arrepentiré de ello. Soy asi, y espero seguir siendolo por mucho tiempo, pues el corazón es lo que nos distingue a unos de otros. Besos.</span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-91302406255515276902011-12-20T09:01:00.000+01:002011-12-20T09:01:08.354+01:00CARTA A MARÍA, EN CONTESTACIÓN A LA SUYA<div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>Tal y como dije ayer, voy a contestar a la carta de María, por que se merece una respuesta y porque me da la gana, ya estoy un pelin cansada de unas cuantas cosas en las que parece que nadie repara… entre ellas, que el mismo maltrato al que somos sometidas las personas adultas lo viven los niños, que a mi manera de ver, finalmente son los más perjudicados, ya que no tienen manera de defenderse.</b></span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Pequeña Maria: </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Siento en el alma que hayas tenido que ver semejante espectáculo, y realmente no sabría como consolarte en estos momentos. Tan solo intentaré, aunque no se si lo conseguiré, explicarte lo que a veces se da en el mundo de los adultos. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ante todo, me gustaría que pensases que hay hombres buenos en el mundo, y mujeres no tan buenas, porque la violencia no es cuestión de sexo, sino de malicia. También es verdad que los que suelen agredir más a menudo son los hombres, porque así se creen más importantes, cuando lo que hacen es que el príncipe descuento se vuelva Sapo. Estoy segura de que pronto tu mamá recibirá el suficiente coraje con para denunciar a esa especie de monstruo del armario que vive con vosotras, y te aseguro que en cuanto se haya ido, en vuestra casa ya no habrá más gritos ni insultos, nadie pegará a nadie.. eso si, posiblemente tendrás que echarle una mano a mamá, porque seguramente aún llora durante una larga temporada, porque ese tipo de cosas nos pasan a las mujeres que amamos con toda el alma. Mi pequeña, jamás dejes que una sola persona te haga creer que el mundo es así, porque no lo es. Normalmente esta lleno de gente maravillosa, que aprecia el amor que sentimos por ellos, por eso siempre debes de amar de manera pura y dándole tu corazón a la gente que te quiere sin pararte antes a pensar en otras cosas. Hay gente, la menos por cierto, que se sienten más poderosos e importante cuando maltratan a alguien, aunque la única verdad es que son unos pobres cobardes miserables que no tiene narices de darle la cara a la vida, y por eso necesitan pegar… porque no tiene nada más que valga la pena. Pero si cuando seas mayor te enamoras por desgracia de una persona así, nunca te arrepientas, pues a ti siempre te quedará la satisfacción de haberle amado y a el mucha mierda en la conciencia. Por último recordarte que eres una niña, que jamás un niño/a debería de pasar por eso, y que el castigo para quien se lo hiciese pasar sería que Dios le cortase las manos para que nunca más pudiese hacerlo. Así que, creo que lo que tu mamá necesita en estos momentos son tus besos y abrazos, ese será su mejor regalo, pues seguro que la persona que le pega nunca a sabido darle nada de eso, ya que a esa gente tan solo le interesa el poder, el dinero y mil cosas superfluas con las que llenar sus patéticas vidas vacías… Recuerda siempre que cuando tu madre te abrace, será con un amor profundo, de esos que no tienen precio y que con un poco de suerte pronto estaréis solas y la casa volverá a llenarse de risas y juegos, sin necesidad de nada más, pues a quien le falta algo siempre es al monstruo... el corazón. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/-l4OADazVacA/TvBAjmzdU9I/AAAAAAAAACE/8Md8Z64duys/s1600/carta+reyes+maltrato.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="http://3.bp.blogspot.com/-l4OADazVacA/TvBAjmzdU9I/AAAAAAAAACE/8Md8Z64duys/s320/carta+reyes+maltrato.jpg" width="320" /></a></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Nunca dejes de soñar, pequeña, y talvez tus sueños acaben haciéndose realidad, porque tu eres la princesa y él, el troll... y los malos siempre acaban perdiendo. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Besos.</span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-55441395286398201652011-12-13T18:55:00.001+01:002011-12-13T18:56:51.512+01:00La canción silenciosa EL FINAL<div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">(..) Mientras el ruido de la moto aún se escuchaba levemente, Ana iba su habitación ha ponerse el pijama, sin dejar de pensar en todo cuanto había sucedido aquella alargada tarde. Dos portales más allá, Lorena aun estaba estupefacta de la valiente reacción del que ya oficialmente era su novio. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los chicos llegaron a una cafetería cuatro manzanas más lejos, y se sentaron en una mesa. Javier estaba como perdido, no hablaba, y no dejaba de mover el cuello hacia los lados.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Qué ha pasado?- Le preguntó Marcos-¿Tan mal ha ido?</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Al revés tío, no se que me pasa con esa chica…</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Pues que te gusta con locura. ¿Eso no es tan raro sabes? ¿Que pasa que nunca te habías enamorado de nadie?</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Pues no, la verdad es que ella es diferente a todas las demás. Es como si sus ojos me volviesen tonto, no dejo de pensar en ella.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Y ella que piensa?- Le preguntó Marcos deseando que la respuesta fuese buena.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Creo que piensa lo mismo que yo. Hace unos días me parecía la tía más borde del insti, y ahora no puedo olvidarme de ella. Me estoy volviendo loco, tío.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Marcos rió con ganas, nunca había visto así a Javier y le parecía increíble que un tipo tan seguro de si mismo como el tuviese las manos temblorosas por una chica. La conversación siguió en tono bajo y lento, como una confidencia. Sonó un mensaje en el móvil de Marcos: “Me haces muy feliz”. El sonrió y le contestó rápidamente con un simple “Idem”. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El día siguiente era día de instituto e irremediablemente allí se encontrarían los cuatro. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Tras una larga charla de confesiones intimas entre los dos muchachos, se fueron a dormir. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Cuando el sol empezaba a salir las chicas estaban más nerviosas de lo normal, pero ellos tampoco estaban lo que se dice tranquilos. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Mamá- le dijo Ana a su madre- estoy saliendo con Javier, creo. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Tan solo una taza de caco caliente las separaba. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Bien, hija. Se nota que ese chico te gusta mucho, espero conocerlo pronto. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El telefonillo de la puerta sonó, Lorena ya la esperaba abajo. Las amigas se dieron la mano de camino al instituto. Ana no dejaba de temblar. En la puerta ya estaba Marcos, con las carpetas en la mano. Recibió con un beso a su novia y dos a su amiga. Faltaban apenas cinco minutos para que sonase el timbre de entrada y aunque ninguno de ellos decía nada, todos temían que Javier finalmente se hubiese “rajado” y no acudiese a clase. El bullicio de los adolescentes pasando al centro iban desolando el alma de Ana que llegó incluso a pensar que tal vez tan solo había sido una más de su lista larga de conquistas. Se dio la vuelta para entrar definitivamente al centro, sus amigos iban un poco más adelantados. El sonido del claxon de una moto la paralizó. Se dio la vuelta lentamente. Si, él estaba allí, con el casco en la mano, ya aparcado. Bajándose de la moto se acercó a ella lentamente y suavemente, cogiéndola por la cintura. Pareció que todo el instituto les observaba durante su apasionado beso. Pero mirándose a los ojos ellos mismo se dieron cuenta de que aunque tenían una edad difícil, les unía algo que tan solo se siente una vez en la vida. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La otra pareja sonrió en la distancia, avisándoles de que llegarían tarde a la clase. Los cuatro se encaminaron hacia ella, y a pesar de no saber que les depararía el futuro, decidieron vivir aquella aventura como la única de sus vidas, con la certeza de que jamás la olvidarían. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> FIN </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="background-color: #94bee9; color: #333333; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 19px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>Espero que os haya gustado. Os recuerdo que si queréis que os haga un cuento o un relato personalizado y que se publique aquí, no tenéis mas que escribirme un email al correo: <a href="mailto:elpoderdelainocencia@gmail.com" style="color: #8f00c9; text-decoration: none;">elpoderdelainocencia@gmail.com</a></b></span></span><br style="background-color: #94bee9; color: #1f1f1f; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 19px; text-align: left;" /><span class="Apple-style-span" style="background-color: #94bee9; color: #333333; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 19px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>Un beso.</b></span></span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-61285763810830208462011-12-08T11:03:00.003+01:002011-12-08T11:17:37.794+01:00La canción silenciosa 7ª y penúltima parte<div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">(…) Mientras Ana y Javier, acariciaban mutuamente sus lenguas en el parque, Lorena y Marcos ya se dado cuenta de su ausencia y habían terminado su partida de billar. Se sentaron en la misma mesa que habían estado antes. Sus manos seguían enlazadas, y su conversación era suave y dulce. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Solo soy una más para ti?- Le preguntó Lorena.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Cómo?- Se sorprendió el pobre Marcos- Yo no soy de esos y tú tampoco eres de esas. Creía que oficialmente ya podíamos darnos a conocer como pareja… o quizás tú no estés preparada.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La chica notó como sus mejillas volvían a teñirse de fuego ante la sincera y limpia mirada de aquel muchacho que luchaba contra sus propios miedos al decir esas palabras. Quizás ya lo habían rechazado demasiadas veces. El silencio se hizo incómodo, pero necesario. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Claro que podemos darlo a conocer, en el fondo eres mi novio ¿No?</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Tras respirar profundamente, Marcos respondió con una temblorosa voz.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Es justo lo que yo quería decir… pero me ha encantado escuchar como lo decías tú.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Se besaron por primera vez en público, lentamente, saboreándolo… hasta que una inmensa mano golpeó el hombro de Marcos.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-He, tú… pringao, ¿Dónde está Javier?</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-No lo se, se ha largado.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Ahora te has echado novia o es para ver si mojas de una vez…?- se oyeron las risotadas de aquellos orangutanes en toda la sala, Lorena empezó a sentirse realmente incómoda, no sabía como reaccionaria ante aquella situación una persona como Marcos, tan sereno, tan tímido y callado. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Que pasa- respondió- ¿Que esta mañana te has contado los músculos y te faltaba alguno? Mira a ver si es el del cerebro… porque el de tu entrepierna hace tiempo que dejo de respirar, gilipollas.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La cara de imbécil que se le quedo al otro tipo no tenía precio. El recién estrenado novio de Lorena se vio agarrado fuertemente por las solapas. Pero no bajaba la mirada. La chica empezó a sentir verdaderamente miedo ante la idea de que le pegasen, sintiendo que parecía que nadie acudía a ayudarlos. Los demás orangutanes le recordaron al envalentonado que si aparecía Javier las cosas podían ponerse feas, y este soltó de inmediato las solapas del chico. La pareja decidió irse de allí, además ya se estaba haciendo de noche. Fueron paseando hasta el portal de ella y desde allí vieron como sus amigos estaban en la puerta de entrada al portal de ella, besándose apasionadamente. Los cuatro cruzaron sus miradas, sonriendo. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Espera que te llevo a casa en moto, Marcos- Le gritó Javier.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">A las chicas les sonó a una mala excusa para poder ir a tomarse algo y hablar. Se despidieron con un beso y las chicas entraron en sus respectivos portales. En menos de cinco minutos ya estaban al teléfono, contándose lo sucedido. El ruido lejano de la moto de Javier confirmaba sus sospechas, se habían ido a hablar y no a casa. Aquella noche las estrellas brillaron mas que nunca y cada uno de ellos mantenía el sabor de la saliva del otro en su boca. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Besos ¡¡¡ </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="background-color: #94bee9; color: #333333; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 19px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>Espero que os haya gustado. Os recuerdo que si queréis que os haga un cuento o un relato personalizado y que se publique aquí, no tenéis mas que escribirme un email al correo: <a href="mailto:elpoderdelainocencia@gmail.com" style="color: #8f00c9; text-decoration: none;">elpoderdelainocencia@gmail.com</a></b></span></span><br style="background-color: #94bee9; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 19px; text-align: left;" /><span class="Apple-style-span" style="background-color: #94bee9; color: #333333; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 19px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>Un beso.</b></span></span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-88334720971391619682011-11-30T20:43:00.000+01:002011-11-30T20:43:55.853+01:00EL DULCE SABOR DEL AZÚCAR<div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><strong>AVISO: SOLO MAYORES DE 18 AÑOS. GRACIAS </strong>.<strong>¡¡¡ ESTA NOTA LA HAGO ESPECIALMENTE PARA RAQUEL, GRACE Y ANTONIO... QUE ME "INVITARON" A HACERLA ... ESPERO QUE OS GUSTE MUCHO A TODOS/AS.. YA ME CONTARÉIS ¡¡ </strong></span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><br />
</div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Nunca había podido olvidarme de él, de su intensa mirada azul y su provocativo cuerpo. Cuando su metro noventa y seis volvió a plantarse ante mi, volví a sentir ese deseo irremediable que siempre me inundaba en nuestros recuerdos conjuntos pasados. A pesar de haber pasado más de diez años, el seguía tan interesante y sexy como siempre. Estábamos allí, entre medio de más gente, que nos hablaba, que llamaban nuestra atención, pero nuestros ojos de dejaban de buscarse. Hacía mucho tiempo que no escuchaba tantas y tan sanas risotadas a mi alrededor, incluyendo las mías propias. Mi cuerpo luchaba contra mis irremediables ganas de verlo desnudo, imaginándomelo de nuevo entre las aguas del riachuelo en el que por tan solo las caricias de sus grandes y suaves manos en mi espalda, había sentido mi primer orgasmo.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Me escapé un segundo al garaje, la humedad que sentía entre mis piernas era terriblemente turbadora. En apenas unos minutos su inmensa figura estaba frente a mi, y su mirada iluminaba toda la estancia. Sus cuidados músculos, hacían que mi vagina no dejase de contraerse sola, una y mil veces. Vino hasta mi en silencio, las palabras entre nosotros sobraban, y me subió a la lavadora.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Empezamos a mordernos los labios ansiosamente, y mientras mis pezones eran aprisionados bajos sus manos las mías recorrían su espalda lisa y suave, tan perfecta como la recordaba. Notaba su excitación a través de sus pantalones, y aún me hacía perder el control rápidamente, mientras observaba morbosa como él mismo no podía controlarse. Una voz me llamaba desde lejos, respondí a duras penas, intentando disimular mi acelerada respiración. Debíamos volver al salón antes de que se diesen cuenta de nuestra sospechosa ausencia.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Sabes cuantos años llevo deseando volver a morder tus labios?- me susurró desafiante.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Los mismos que yo llevo esperando que inundes mi cama- le contesté.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Siempre habíamos sabido como tentarnos, y era algo que nos encantaba. Salí del garaje temiendo que la inundación de flujo que tenía llegase a mojar mis pantalones, pero confiaba en que el jersey que llevaba puesto podría disimularlo. Llegué al salón con las bebidas y sus risas volvieron a llenarme de felicidad. El llegó tardó más en llegar, lo suyo era más difícil de disimular. El tiempo iba pasando y la madrugada nos engullía sin compasión, el cansancio se empezaba a dejar notar. Entonces el se recostó sobre mi, que estaba tapada con una manta y mientras la conversación y los viejos recuerdos seguían llenando la estancia, noté como deslizaba una de sus manos bajo la manta ye intentaba acariciarme el clítoris. Con disimulos entreabrí mis piernas, fijándome pícaramente en que nadie se había percatado de lo debajo de aquella manta estaba sucediendo. Al poco supe que tenía que controlar mi respiración o acabaría gimiendo. Todos achacaron mi actitud “distraída” al cansancio, y decidieron irme. Manuel parecía haberse quedado dormido en el sofá. Cuando todos se hubieron ido, el ya estaba de pie, los dos sabíamos como “despejar el ambiente”. Le quite inmediatamente la ropa, su cuerpo seguía pareciéndome el de un nadador, tan suave, tan esbelto. El me quitó la mía dejándose llevar por sus instintos. Su falo entre mis manos se me hacía inmenso, apetecible… y ese olor que desprendía su piel a azúcar moreno mientras mi lengua descendía hacia él, era un placer no experimentado en muchos años. El brillo de su pelo y su mirada de deseo mientras lo lamía aun me excitaba más. Tirándome sobre el sofá cayó entre mis piernas y su pene se acopló a mi cuerpo a la perfección, un primer orgasmo me sacudió, pero ambos queríamos mucho más. Su piel limpia y suave, me invitaba a no dejar de lamerle entre gemidos, aunque los suyos eran absolutamente escandalosos. Quería que cada parte de mi cuerpo la hiciese suya, que sus ojos intensos traspasasen mis entrañas y me recordasen hasta el último segundo lo que era el placer infinito. Y a cada penetración suya mi vagina quería quedarse con él dentro. Nos mirábamos a los ojos, nos mordíamos los labios, besaba mis pechos y yo acariciaba su culo. Cuando su semen me invadió, supe que el placer solo se da y se obtiene cuando las dos personas tienen el mismo nivel de deseo, la misma idea del erotismo.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Ha valido la pena esperar casi quince años para tenerte…- me dijo.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Siempre he sabido que nunca podría desear a nadie como a ti.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Observar como se dormía acariciándome las manos, y dormirme con la cara pegada a su espalda es cuanto había imaginado... Todo un placer. Besos ¡¡</span></div><div><br />
</div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-40017703073195673722011-11-24T20:33:00.000+01:002011-11-24T20:33:52.246+01:00La canción silenciosa 6ª Parte.<div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">(…) Mientras el agua caliente recorría lentamente el cuerpo de Ana, a escasos metros su amiga Lorena ya se había duchado y vestido. Unos simples vaqueros y una camiseta azul marino En la que se podía leer la insignia: “Si me quieres, no me chilles”. Siempre había sido muy solidaria ante las injusticias. Ahora Lorena se encontraba frente al espejo, su gran enemigo. Volvieron a su mente viejas dudas, viejos complejos… pero con una valentía increíble se recogió el pelo en una simple coleta y se sintió un poco más libre. Apenas se puso un poco de brillo en los labios y rimel en las pestañas. Para ella ya era suficiente. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En cambio Ana, mientras se secaba, aun no había decidido que ponerse, ni tan siquiera sabía que hacer con su pelo. Se encontró más insegura que nunca, como si tuviese ocho años de nuevo. Miró y remiró en su armario, las nubes parecian ir desapareciendo y no hacía nada de frío. Finalmente y desesperada por su propia incapacidad de decidirse acudió a quien siempre lo hacia:</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Mamá, ¿Puedes ayudarme a elegir algo que ponerme?- Gritó desde su habitación.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En apenas unos minutos Rosana ya estaba a su lado, sonriendo al ver a su hija tan nerviosa, nunca la había visto igual.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Vamos hija, escojamos modelito. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La madre empezó a trastear en el armario, mientras la chica se mordía las uñas sentada sobre la cama. Tras unos minutos su madre se dio la vuelta y le entregó lo que a ella mejor le parecía. Una falda vaquera con unos bordados color plata y una camiseta que dejaba entrever su ombligo. Como complemento una chaqueta color plateado comprada en Zara. La joven seguía muy nerviosa.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Mamá esa falda no me hará el culo muy gordo?</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Si lo tuvieses quizás si, pero tienes un culo perfecto. Venga déjate de indecisiones y vístete que es muy tarde, son más de las cinco y media y me habías dicho que la cita era a las seis…</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Madre mía mama, que hago con mi pelo.- A Ana casi se le saltaban las lágrimas de los mismos nervios. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-No te preocupes, una bonita trenza dejará que se te vea bien la cara.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ana sonrió, su madre siempre tenía soluciones de emergencia para todo. Mientras ella se vestía sonó el timbre, Lorena ya estaba preparada. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">A unos trescientos metros, Javier terminaba de afeitarse. Aquel día había tardado más que de costumbre, quería estar perfecto. Se vistió rápidamente con unos tejanos oscuros y una sudadera color cobalto que le favorecía mucho, aun así él también se sentía indeciso por primera vez. Por último cogió su colonia preferida y se roció un poco. Si, el pelo estaba perfecto, el afeitado perfecto… pero el demasiado nervioso como para verlo así. Salió de casa en busca de su amigo Marcos, que contrariamente a todos ellos, se había duchado, pero no se había afeitado ni puesto gomina e iba vestido con unos simples tejanos y una camiseta. Sorprendentemente, parecía el más tranquilo de todos. Los chicos tomaron rumbo hacia la cafetería. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ana finalmente siguió los consejos de su madre y maquillándose ligeramente, aunque más que Lorena, buscó su perfume en el bolso y roció a su amiga con él antes de echarse ella misma. El tono marrón de sus labios, hacían que Ana resultase muy atractiva. Salieron de casa de Ana con aquellos preciosos pero incómodos zapatos de tacón que ambas odiaron haberse puesto. De camino a la cafetería ninguna de ellas era capaz de articular palabra. A tres metros de la cristalera de la cafetería y tras ver a los chicos sentados en una mesa, Ana hizo el amago de salir corriendo. Lorena la sujetó fuerte por el brazo y en ese pequeño intervalo de tiempo los chicos las saludaron desde dentro. Ya no había manera de echarse atrás. Cruzar aquellas puertas de cristal supusieron para Ana uno de los peores momentos de su vida. Los chicos se levantaron y entre todos se repartieron los besos de rigor. El bullicio de la cafetería hacia que el silencio de la mesa no fuese tan incómodo.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Qué queréis tomar?- dijo finalmente Javier.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- Yo, una Pepsi- contestó rápida Lorena mientras notaba como Marcos le cogía la mano por debajo de la mesa.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Yo otra- Dijo Ana, con la mirada fija en la mesa. Aún no se había atrevido a mirarle a los ojos. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El pedido llegó pronto, y los vasos se llenaron rápido. Marcos le propuso a Lorena jugar una partida de billar, en ese momento la sala donde se jugaba estaba desocupada, ty así tendrían más intimidad. Ana quiso matarlo por un segundo, pero aun le entraron más ganas de estrangular a su amiga cuando le dijo que si. En cuanto que se fueron aparecieron la típicas niñatas para saludara Javier, y por primera vez el se sintió molesto. En cuanto ellas se fueron la voz de Ana empezó a sonar lentamente: </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Quería pedirte disculpas por mi comportamiento de ayer. No es que no piense lo que te dije, pero creo que no fueron las formas.- Seguía con la mirada fija en el vaso.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La mano de él le levantó la cara suavemente empujándole la barbilla con ternura.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Pedirme disculpas tu a mi? Creo que aquí el único tonto he sido yo, es más, estoy de acuerdo contigo en todo lo que me dijiste. Me pasa una cosa muy especial contigo….- las niñatas volvieron e interrumpieron a Javier, Ana suspiro aliviada, le asustaba lo que podía seguir en esa frase. Cuando volvieron a irse, y los refrescos tan solo habían sido consumidos a la mitad, Javier se levantó bruscamente de su asiento y acercándose a la barra pagó las consumiciones de los cuatro, tras lo cual volvió rápidamente a la mesa y cogiendo a Ana de la mano la saco del local. Ella estaba absolutamente encantada de sentir los dedos de él entre los suyos, y sin darse cuenta se los acarició. El la miró fijamente y sin decir una palabra más se la llevó al parque donde le habían organizado la cuita a Lorena y marcos. Se sentaron en un banco mientras sus manos inexplicablemente seguían unidas.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">- No he podido dejar de pensar en ti, no se porque, pero cuando te veo siento cosas que jamás antes había sentido- Javier tragó saliva para poder continuar- Me encantan tus ojos, bueno a decir verdad, me encanta tu todo… Sus caras iban acercándose con una lentitud agónica, sin dejar de mirarse a los ojos. Cuando finalmente sus labios se encontraron, Ana sintió como si una brisa de aire fresco le diese mucha más vida y Javier deseo en silencio quedarse en su boca para siempre. Sus lenguas se buscaban imprecisas en lo que se convirtió en un beso eterno, amoroso y apasionado. Tras besarse, Javier sorprendido observó lágrimas en la cara de Ana, y asustado le dijo:</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Quizás me he dejado llevar y me he pasado…</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-No, son de felicidad.- le contestó ella- Estoy enamorada de ti. </span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-79620103881356773852011-11-24T09:16:00.000+01:002011-11-24T09:16:12.040+01:00La canción silenciosa 5ª Parte.<div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>Mañana la gran cita.. no os la perdáis ¡¡ besitos ¡¡¡</b></span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">(…) A las doce de la mañana, sonó insistentemente el timbre de casa de Ana, era Raquel, otra de las chicas del grupo. Rosana le informó de que aún no se habían levantado. Y Raquel quedó en llamar las más tarde por teléfono. En ese momento la madre subió sigilosamente las escaleras y observó a las dos niñas, parecían absolutamente angelicales allí tumbadas. Queriendo retirar la bandeja del día anterior, Rosana golpeó la tazas entre si, despertando a las dos adolescentes. Lorena enseguida preguntó la hora que era y al saber que se le había hecho tarde salió escopeteada de la casa, pues los domingos solía ir a comer a casa de sus abuelos, en las afueras. Ana se desperezó lentamente y le pidió a su madre un abrazó,. Siempre le había encantado que la abrazasen por la mañana. Le dijo que a su madre que a esas ya no desayunaría que prefería esperar a la comida directamente. Rosana volvió a bajar al piso de abajo, quería preparar la masa para hacer pizza casera, a sabiendas de que a su hija le encantaba su pizza casera. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Mientras Rosana escuchaba como su hija trasteaba en el piso de arriba, imaginaba que estaría poniéndolo todo patas arriba, como siempre, buscando la ropa ideal. Pero cuando acudió a llamarla para decirle que la pizza ya casi estaba se llevó la sorpresa más monumental de su vida la comprobar que todo aquel ajetreo se debía a que su hija había estado ordenando de arriba abajo toda la habitación, y limpiando hasta la última esquina. Aquellas cosas desarmaban a Rosana. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Una vez las dos en la cocina y ya con la deliciosa pizza casera sobre la mesa, se inició la conversación: </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Mamá, me encanta esta pizza, nadie las hace como tu.- Le dijo la chica con cariño.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Que exagerada eres Ana- Sonrió la madre.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Mama…. Hoy he quedado con un chico, pero es que ayer metí un poco la pata…</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Con quien? ¿Lo conozco?</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Bueno si, es Javier, el chico que juega al fútbol…</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Es muy guapo, aunque me parece algo ligón- rió la madre.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Ya también me lo parecía a mí pero es que creo que solo lo parece mama. Ayer pensando que cambiaba de equipo y se iba a otra ciudad le dije todo lo que pensaba de él, me pase un montón… </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿En que sentido?-Preguntó Rosana intrigada.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Bueno le dije todo l oque pensaba de él, lo bueno y lo malo. Y lo peor fue cuando me dijo que tan solo se iba un fin de semana y que después se quedaría en el insti…</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Es que también tienes cosas buenas que decirle? Vamos, cuéntaselas a tu madre… </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Bueno mamá- Dijo Ana sonrojándose- es que creo que me gusta mucho, pero no me di cuenta hasta el otro día, y fue casi sin querer. Y todo porque me rozó la mano. Pero ahora después de todo lo que le he dicho no se si voy a ser capaz de mirarle a la cara….</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿No crees que sería peor dejarlo tirado mientras el te espera? A mi me dolería más. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Ya lo sé mamá, pero me siento tan avergonzada ¡¡¡ Igualmente Lorena me acompañará. Anda si no te lo he contado. Ella y Marcos, El chico ese tan calladito que saca tan buenas notas, están saliendo juntos. Marcos y Javier son muy amigos. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Pues tú no te preocupes hija, ves tranquila y lo que tenga que pasar pasará. Me gusta ese chico para Lorena, se ve muy buen chico, muy tranquilo…. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">A partir de ese momento la conversación giró en torno a Lorena y su recién estrenada relación. Entre risas y confidencias llegaron las cuatro de la tarde, saliendo escopeteada hacia la ducha, pensando en su tan confusa cita. Cuando Ana ya estaba en la ducha, escuchó un sms en el móvil. Era de Lorena. Las dos estaban muy nerviosas ante la cita más importante de su vida. Empezaba a nublarse la tarde, pero en sus corazones un radiante sol en sus almas. Su ilusión estaba máxima tensión. </span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-24916217983033052602011-11-21T08:39:00.004+01:002011-11-21T10:19:42.506+01:00UNA NAVIDAD DE PERROS<div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><strong>HE ESCRITO ESTE CUENTO A PETICIÓN ESPECIAL DE </strong><strong>RAQUEL Y LOLY</strong><strong> LAS ADMINISTRADORAS DE http://cursospeluqueriacanina.over-blog.es/ , OS RECOMIENDO EL BLOG ANTE CUALQUIER DUDA EN EL CUIDADO DE VUESTROS PERROS, OS SERÁ DE GRAN AYUDA. ESPERO QUE OS GUSTE. BESOS¡¡ </strong></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><strong><br />
</strong></span><br />
<a href="http://cursospeluqueriacanina.over-blog.es/"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>http://cursospeluqueriacanina.over-blog.es/</b></span></a></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><br />
</div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hola a todos/as, antes de contaros mi historia, me gustaría hablaros un poco de mis orígenes. Siempre he estado orgulloso de ellos y seria injusto no hacerlo, quizás así de paso también entenderéis mejor todo cuanto aconteció en mi vida va ha hacer ahora un par de meses.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Nací en el seno de una familia donde la lealtad y el honor eran una marca de nacimiento. Mis bisabuelos habían servido en las mejores casas de la ciudad hasta su misma muerte. Su trabajo incansable y su innegable casta les habían valido tanto a ellos como a mis propios padres una reputación más que merecida. Siempre habían sabido comportarse en todo tipo de situaciones, siendo luchadores y fieles en las más peligrosas y cariñosos y protectores cuando así se les requería. Si, esa es mi familia y estoy orgulloso de ella. Estas cualidades han persistido durante generaciones, incluso considero que yo mismo las tengo, quizás suene un poco osado, pero no creo que sea el momento de ser modesto.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Bien, ya basta de hablar de mi familia. Me llamo Boris, tengo tres años y medio, y puedo decir con orgullo que soy un boxer pura raza. Mi pelo es negro como el azabache, así por alguna razón que siempre les he parecido atractivo a las féminas. Cuando nací, la dueña de mi madre, mujer cariñosa y generosa, decidió que yo me fuese con su hija, que había tomado la más que discutible decisión de irse a vivir con su novio, un tal José que tenía más cara de perro que yo mismo. Igualmente la decisión no me molestó en absoluto, porque quería a Patricia con toda mi alma, y ser su compañero de piso me enorgullecía. Los primeros meses fueron más o menos bien, hasta que él empezó a tener la mala costumbre de gritar y darme patadas cuando lo hacía. Estuve a punto de perder los estribos varias veces, pero nunca quise perder las formas. Ví llorar muchas noches a mi amita, en soledad, cuando tan solo yo y ella estábamos en aquel frío salón, en silencio. A pesar de saber que tenía una amarga tristeza en su corazón jamás dejó de acariciarme y yo de lamerla, para que nunca se sintiese sola. Una de aquellas noches en las que él venia borracho de alcohol y violencia, vi como la golpeaba con fuerza y sin pensármelo dos veces me lancé a su cuello. El tipejo logro zafarse de mí y seguir golpeándola mientras estaba en el suelo. . Entonces mordí con todas mis fuerzas su pierna, desgarrándosela. Y él, con la misma navaja con la que hería a mi pequeña ama, me hirió en la pata derecha. La policía no tardo en llegar, yo estaba furioso, aquel loco había hecho mucho daño a mi querida Patricia. Tan solo recuerdo despertarme en una celda para animales, creo que las llaman jaulas para disimular. Escuché a dos tipos hablando sobre mí:</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Este animal es de raza peligrosa y es violento, habrá que sacrificarlo.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Qué yo era que? ¿Violento y peligroso? Y, entonces ¿como era el tipo que quería matar a mi joven amita? ¿No era él un animal violento y peligroso? ¿A él también lo sacrificarían? No entendía nada, por intentar defender a mi querida Patricia me calificaban de violento y peligroso, y debía ser sacrificado. ¿Qué se esperaba de mí?</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Pasé toda la noche en aquella celda, pensando en como estaría mi querida niña. El guarda de noche tenía puesta la radio y de esa manera fue como me enteré de su muerte a manos de aquel salvaje. ¿Quién era el animal ahora? la tristeza que se apoderó de mi me hacía gemir en silencio, con el corazón roto. Por la mañana a primera hora, un tipo con cara de pocos escrúpulos se acercó a mi celda y me dijo: “Chaval te queda muy poco”. Yo seguía buscando una salida a aquella situación, y mientras la buscaba ella llegó a mi. El tontarrón que se creía muy listo dejó un momento mi celda abierta mientras iba a atender la puerta. Era mi única oportunidad, así que salí de allí como un rayo y escapé por una ventana abierta. Notar de nuevo el aire en mi cara me daba fuerzas para correr como si fuese un gamo. Al poco rato ya estaba muy lejos de allí, pero la tristeza seguía inundándome por momentos. Finalmente no pude salvarla, por muchos intentos que hice.Quizás debí desgarrarle la yugular a aquel tipo. Anduve sin rumbo durante horas, total no tenía rumbo fijo ni me conocía aquella parte de la ciudad. Empezó a anochecer lentamente y el frío cada vez era más intenso. De repente, al pasar delante de un callejón estrecho muy oscuro escuché unas voces caninas que salían de él. Decidí acercarme a ellos y preguntarles donde estaba. Mi lengua ya pedía a gritos un poco de agua. Cuando me acerqué más ellos pude ver que eran cuatro: Un mastín napolitano con cara de pocos amigos llamado Chester, Un Setter inglés muy elegante llamado Sutton, Un Sharpei de cara indefinible pero sin duda bondadosa llamado Luca y un Shnauzer llamado Jagguer. Todos ellos me acogieron con gran simpatía.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Pasa amigo, - me dijo con voz profunda e intensa Chester- pronto llegará la cena, en cuanto cierren ese restaurante de ahí delante. Entonces podrás mover el bigote.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Me relaje y tumbé, estaba demasiado cansado como para mantener una conversación racional y así se lo expliqué, quedaron en avisarme cuando la cena ya hubiese salido. Cabeceé un rato mientras ellos continuaban contándose sus batallitas. Me había fijado que todos ellos llevaban marcas de peleas o quizás hubiesen sido provocadas en muchos casos por esos otros animales llamados personas. Al poco un delicioso olor llegó hasta mi hocico, tenía un hambre canina, nunca mejor dicho. Escuché como un cartón se movía tras de mí y me puse en guardia.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-No te preocupes amigo, es Duquesa, la dama del grupo.- Me dijo el elegante Sutton.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Me acerque lentamente y metí el hocico poco a poco entre aquellos cartones hasta que logré ver ante mis los ojos más hermosos que jamás había visto. Apenas de que tan solo podía verla a través de los rayos de la luna pude distinguir perfectamente que se trataba de una preciosa Cocker-Spaniel raza pequeña de un color dorado que me deslumbraba. Tapó sus ojos con sus largas y preciosas orejas, aun no se si por timidez o por miedo. Me presenté. Fui hasta el “Comedor comunitario” que nos prestaban los amables camareros de aquel restaurante y le acerqué las sobras de un filete ruso y algo de pasta.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ya era veinte de Diciembre y a pesar de haber pasado casi un mes desde la muerte de mi ama, no podía alejarme de la pena que me causaba su ausencia. Aquella noche, con pequeños copos de nieve empezando a caer, Duquesa se acercó a mí por primera vez y me contó con la voz más dulce que jamás había escuchado su historia. Simplemente una caprichosa niña se cansó de ella y la dejaron abandonada en la autopista. Veía como el sueño la vencía y una vez dormida le puse un cartón encima arrastrándolo con mis dientes y acaricié su morro con el mío. Aquella noche, bajo la nieve, decidí salir a dar un paseo. En apenas dos manzanas de allí encontré a un anciano bien vestido tumbado, y ladré con todas mis fuerzas, colocándome sobre él para darle calor. Asistí asombrado altrasiego de gente sin inmutarse y me sentí afortunado por ser perro. Finalmente una chica llamó a los servicios de emergencias y ellos, creyendo que era mi dueño, me llevaron en la ambulancia con él. Al rato de estar en el hospital, un hombre de unos cuarenta años se acercó a mí con lágrimas en los ojos:</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Así que tu eres el héroe que ha salvado a mi padre ¿He? Eres todo un valiente amigo, espérame aquí y ahora vendré por ti.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Cumplió su palabra y mientras me subía a su coche me explicó que a su padre le había dado un infarto pero que gracias a mí todo se había quedado en un susto. No dejaba de acariciarme con sus suaves manos. De camino a donde quiera que fuésemos nos fuimos acercando al callejón donde estaban mis amigos.Ladré con todas mis fuerzas, arrañando los cristales del coche. Él paró en seco, y se dejó guiar por mí mientras tiraba de su gabardina. Cuando llegamos junto a mis amigos y a mi preciosa Duquesa, lo entendió enseguida. Con una generosidad desconocida nos metió a todos en el coche y proseguimos camino. Paro el coche en una enorme casa, y nos hizo bajar a todos. Como a Duquesa le costaba, la cogió en brazos, donde duró poco ya que una pequeña niña de unos ocho años se la arrebató en cuanto pudo. Nos puso a todos de comer y pasamos la noche al amparo de la chimenea. Al día siguiente nos enteramos de que era veterinario, y que se llevaría a mis amigos a su clínica para curarlos y asegurarse que terminaban en buenas manos. Cuando vio la tristeza en la mirada de Duquesa y en la mía propia, fue como si de verdad se comunicase conmigo, duquesa y yo nos quedaríamos allí con él. Esta navidad es para mi una de esas en que no podría pedir nada mejor, humanos que se comportan como tal, y la mejor compañía canina que podía desear, mi Duquesa.</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><br />
</div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Besos¡¡</span></div><div style="background-color: white; color: #333333; line-height: 16px; text-align: left;"><br />
</div><div style="background-color: white; color: #333333; font-family: 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 16px; text-align: left;"><br />
</div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-49699586939215164512011-11-17T13:33:00.000+01:002011-11-17T13:33:25.848+01:00LA CANCIÓN SILENCIOSA 4ª PARTE<div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">(…) Tras cerrar la cortina color celeste tras su espalda, Ana cayó derrotada en la cama. No podía dejar de llorar, pero tampoco sabía a ciencia cierta porque lo estaba haciendo. Unos leves toques sonaron en la puerta de su habitación, abriéndose poco después. Era Rosana, su madre, que le invitaba a bajar a tomar un poco de leche caliente. Siempre había sido una madre atenta y cariñosa, sabiendo respetar y amar a su hija del mismo modo e incondicionalmente. Cuando la vio llorando sobre la cama, su corazón se partió en dos.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Que te sucede hija? ¿Te has enfadado con Lorena?- Le preguntó preocupada y con el corazón encogido, su voz era tremendamente suave.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-No mamá, no es eso, pero ahora no puedo hablarte de ello. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En aquel momento Rosana no lo dudó un instante e hizo algo que Ana jamás olvidaría. Abandono la habitación de su hija silenciosamente y con muchísima cautela cruzo la puerta de su casa hasta llegar a casa de Lorena. Una vez allí les pidió personalmente que a sus padres que dejasen dormir aquella noche a Lorena en su casa. Estos accedieron rápidamente, pues siempre les había unido una gran amistad. Ana no se había percatado de nada. Una vez de vuelta en casa de Ana, Lorena se dispuso a subir rápidamente los escalones que la separaban de la habitación de su inseparable compañera. Entro sin siquiera golpear la puerta. Su amiga seguía tirada en la cama, llorando desconsoladamente. Cuando Lorena se sentó junto a ella se fundieron en un abrazo.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Qué ha pasado?¿te ha hecho algo Javier?</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Al revés.- contestó Ana entre sollozos- soy yo la que lo ha puesto a parir, y aun no se porque. Es que me da mucha rabia no poder olvidar que me rozase la mano, es como si desde aquel momento lo viese diferente. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Pero que le has dicho?</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Uf… le he dicho que es un culo, que no sabe jugar a fútbol que solo le gustan las niñatas pintarrajeadas que le lamen el culo porque es popular y no se cuantas barbaridades más. Pero lo que de verdad me da rabia es que también le he dicho lo mucho que me gusta… y ahora pensará que soy una autentica imbécil. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ana limpiaba sus lágrimas mientras hablaba, pero poco a poco se iba recuperando de su desconsuelo. Sonó un mensaje en su móvil. Decía: “Solo quería darte las buenas noches, y decirte que esta noche a sido maravillosa. Por cierto no he podido olvidar tu mirada desde el día del parque. Descansa”. Cuando las dos leyeron aquello el ambiente se relajó aún más, no solo no le había molestado el sermón que le había echado en la disco, sino que parecía intentar ser lo más amable que podía. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Quizás el también sienta algo por ti…- Dijo Lorena. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Si hombre¡¡ con la de niñitas perfectas que se le acumulan al andar.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Bueno, creo que se te olvida que yo tengo información de primera mano. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Perdona, he sido una egoísta. ¿Qué tal Marcos? Parece que la cosa va bien. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La cara de Lorena se iluminó como un semáforo en rojo, y su cabeza volvió a agacharse. Casi susurrando le contó a su amiga:</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Hoy me ha besado por primera vez, pero solo un piquito he?? </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Vamos que estáis oficialmente saliendo ¿No?</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Creo que si, hemos venido todo el camino de la mano. Hablamos mucho y entre otras cosas de Javier y de ti…</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Cuéntamelo todo, porfa ¡¡¡ </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Rosana volvió a aparecer otra vez en la habitación, esta vez con sendos vasos de leche caliente y unos deliciosos bollos. Ana la llamo dulcemente con la mano para besarla y abrazarla, sabía que siempre podía contar con ella en los buenos y malos momentos. Las chicas dieron buena cuenta de la bandeja que les había subido Rosana y tras acabar con las existencias retomaron su conversación. Ya no había lágrimas en sus ojos, tan solo emoción e intriga. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Bueno, Marcos me ha contado que desde que Javier estuvo contigo en el parque no ha vuelto a ser el mismo. Esto no se lo cuentes nunca a ninguno de los dos ¿Vale?- las dos unieron sus yemas de los dedos corazones, a modo de pacto- Porque según le ha contado Javier, le gustas mucho, y no se puede olvidar de tu mirada, que le pareces la chica más dulce que jamás a conocido…- Sonó un mensaje en el móvil de Lorena. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El mensaje era escueto y tímido, como el remitente: “Aun siento tus labios encima de los míos, creo que esta noche soñaré contigo. Me gustas mucho”. Las chicas rieron, y a Lorena los ojos le brillaban más que nunca. Había sido su primer beso y ella también lo tenía constantemente en su mente, degustando cada una de las sensaciones que le había dejado a su paso. Su amiga le sacó rápidamente de sus ensoñaciones. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Sigue contándome. Vamos no pares. –Rosana tras la puerta de la habitación sonreía al ver que su hija ya no lloraba, dejo la recogida de la bandeja para otro momento. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Según Marcos, está pillado por ti… y la verdad es que yo creo que tu te has pillado por él… pero eres tan orgullosa y cabezota.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Hemos quedado mañana en la bolera, pero la verdad es que no se si ir… tengo miedo. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Miedo? Vamos, no puedes dejarlo allí esperándote como si fuera idiota. Te puedo asegurar y es lo último que te cuento ya hoy, que él está tan nerviosos como tu. Además, no estaréis solos, yo y Marcos también iremos.</span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La voz de Rosana sonó a lo lejos: “Chicas ya es hora de dormir”. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Tras ponerse ambas el pijama se metieron en la cama y se abrazaron. Sabían perfectamente en que pensaba la otra, y por eso las dos sonrieron al mismo tiempo. La cita del día siguiente podría representar muchos cambios en su vida, y la mayoría se les presentaban como fantásticos. Les respondieron a sus sms ya metidas en la cama, abrazando sus móviles como si fuesen las manos de ellos. </span></div><div class="MsoNormal"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">En la otra punta de la cuidad Javier y Marcos ya se había cruzado entre ellos más de diez sms, los dos estaban nerviosos y un poco aturdidos. Pero finalmente, y con escasos minutos de diferencia el sueño les venció a todos, sin saber entre ellos que la última mirada de cada uno de ellos había sido al móvil</span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-83893615975677935722011-11-15T19:20:00.001+01:002011-11-15T19:23:00.561+01:00La sonrisa robada<br />
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>Hoy tengo un poco de fiebre y de gripe.. espero que no me lo tengáis en cuenta. Besos ¡¡¡ </b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Cada día me recordaba a mi misma quien era para no perder la
noción de lo que había aprendido, de lo que buscaban que aprendiese a base de
burdas manipulaciones. Pero claro, si tenemos en cuenta que mi naturaleza
siempre ha sido extremadamente curiosa, logré casi sin proponérmelo averiguar
porque mi amiga Maria se había visto abocada al aislamiento. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Maria es una de esas personas cultas y cautas a quien le
encanta escuchar, y que rara vez opina, por si acaso está equivocada. De
esbelta presencia y de aun mejor trato, siempre ha sabido socializar con elegancia y gracia. Siempre había sabido
ser el centro de atención en las reuniones sociales, por su desparpajo y simpatía.
Hasta que un tipo salido de la nada, se apoderó de su vida. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Los que la conocíamos desde hacía muchos años apenas podíamos
dar crédito al cambio de actitud de ella ante él, pero la cosa no nos resultaba
tan extraña cuando veíamos como con su mirada la paralizaba. Él era el único
que debía ser el centro de atención de su vida, las veinticuatro horas del día.
</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Cada llamada de teléfono de él, representaba una tristeza
plagada de lágrimas en la mirada de ella, las cuales reprimía para no dañarnos.
Todos queríamos obviarlas, pero eran demasiado evidentes. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Poco a poco, Maria fue olvidándose de cómo se sonreír, de
hablar libremente, de tener reuniones con sus amigos… y los que la queríamos
empezamos a preocuparnos por ella de una manera prioritaria. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La seguí un día, no se porque, tan solo para saber que era
lo que estaba ocurriendo sin que ella me lo contase, y esa fue la primera vez
que la vi temblar cuando él le ordeno subir a su coche. Ya en el corto trayecto
pude ver como lloraba desconsoladamente, mientras él le chillaba como si fuese
una niña pequeña, ordenándole las cosas más absurdas. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Llamé a mi amigo Miguel y la sacamos de allí, y “gran hombre”,
salio huyendo con su coche. Fue entonces cuando Maria se dio definitivamente
cuenta de que aquel pobre hombrecillo, sin personalidad ni empatía hacia nada
ni nadie, se había hecho aún más pequeño todavía. Su presencia se fue diluyendo
en la vida de Maria y ella volvió a sonreír, a disfrutar de la vida, a ser
persona… si, tan solo persona, ya que aquel pequeño monstruo disfrazado de
moralista la había querido convertir en objeto, cuando era él quien no tenía
vida propia. Ahora Maria es feliz, ríe a carcajadas, habla con libertad, se
siente ella misma y cada paso que da lo hace por si misma, sin que nadie se lo
ordene. Si, creo en la justicia divina, y por eso, estoy segura que ese tipo de
miserables acabaran como empezaron… siendo nada. Besos ¡</span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-5703205019581027822011-11-14T20:22:00.001+01:002011-11-14T20:22:44.636+01:00La canción silenciosa 3ª Parte<br />
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">(…) Una vez que sus ojos se recuperaron de la primera
impresión, volvieron a ver con nitidez las luces, la marabunta de amigos y
conocidos alrededor, y la sala se volvió mucho más tenue. Aun estaban apostadas
en la entrada, sin saber cuando dar un paso. Unas amigas vinieron al rescate y
las sumergieron en mitad de la pista de baile. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ana luchaba constantemente contra el deseo de buscar a
Javier con la mirada, enfadada consigo misma por no poder olvidar aquel
encuentro fortuito de sus manos. Cuando se dio la vuelta, su amiga Lorena había
desaparecido. Se integro en otro grupo de chicas, pero sus tontas
conversaciones sobre como ligarse a tal o cual le aburrían demasiado como para
tener que soportarlas sin más, así que ya aburrida por la insulsa fiesta decidió
buscar a su amiga para marcharse. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La sala antes abarrotada se había ido quedando vacía, y ella
seguía sin encontrar a Lorena. Empezó a desesperarse. Volvió por undécima vez
su cabeza hacia el rincón donde había estado Javier toda la noche y allí
seguía, rodeado de de niñas maquilladas como prostitutas que llevaban una copa
en la mano para hacerse las interesantes. Empezaba a notar como se le iba
haciendo insoportable quedarse allí, así que se iría aunque fuese sola. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Decidió dar una última vuelta por el recinto, convencida de
que Lorena jamás se iría sin ella. Ahora parecía mucho más grande, casi todo el
mundo ya se había ido. Empezó a escuchar murmullos continuamente de grupitos en
los que se aseguraba que Javier el lunes se iría, que un equipo de segunda
regional se había interesado por él, que su marcha era inminente. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ana cada vez se sintió más abrumada por si misma, debía de
decirle todo cuanto pensaba de él antes de que se marchase. Se armo de valor, y
apartando a las cuatro niñatas que lo flanqueaban logro decirle al oído que
necesitaba hablar con él. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Se sentaron en unos sillones apartados, el sorprendido y
ella terriblemente enfadada, aun sin saber porque. Cuando él quiso preguntarle
que pasaba ella le pidió por favor que tan solo escuchase o explotaría. Él se
sentó de lado y espero. Ana sentía tantas cosas que no podía controlar el
temblor de su voz, pero aun así sacó su lado orgulloso para ser absolutamente
sincera con él ahora que sabía que se marchaba.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Lo primero que me gustaría decirte es que me pareces el tío
más chulo y prepotente del mundo, y no solo lo eres, sino que encima te lo
crees. Nunca has sido un gran jugador de fútbol pues lo que mejor se te da es
dar patadas a todo el mundo, y eso es ser un jugador muy cerdo. Si eres mono,
pero la corte de pequeñas putillas que siempre te acompañan te desdicen, y te
dan la imagen de un asaltacunas aprovechado. Por otra parte, y te aseguro que
no me siento nada orgullosa por ello, la otra noche, cuando tu mano orzo la mía
me hiciste sentir especial, y ahora no tengo ni idea de cómo sacarme ese
recuerdo de la cabeza. Lo que más rabia me da es que desde ese día es como si
te viese diferente, como si mi concepto hacia ti hubiese cambiado. He de
reconocer que nunca nadie me había hecho sentir tanto con tan poco y me siento
estúpida por ello. No quería que te fueses sin decírtelo, así por lo menos no
me quedaré con esa sensación dentro. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">La cara de asombro de Javier era un mapa, pero aun así una
sonrisa la iluminaba. Se acomodó en el asiento, la música ya sonaba muy bajita
y apenas quedaba nadie. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Puedo hablar yo ahora?- ana asintió con la cabeza,
sabiendo que quizás sería la última vez que escucharía sus palabras- Bien,
respeto tu opinión sobre mi manera de jugar al fútbol e incluso tengo que darte
la razón, a veces soy un poco leñero. Mi imagen de chulo la han creado los
demás, como tú misma, yo no tengo la culpa de que todas esas niñatas me sigan a
todas partes. Pero lo más importante es que creo que ha habido una pequeña
confusión. Es verdad que me voy el lunes, pero tan solo dos días a un
campamento de perfeccionamiento, así que me quedan dos años mas este en el
mismo instituto. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El corazón de Ana se paralizo, no solo había metido la pata
de una manera irremediable, sino que le había confesado sus propios
sentimientos. Quiso borrar esa parte de su vida, borrarse del mapa, desaparecer
y que él no recordase nada, pero era demasiado tarde.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-He de decirte que respecto a lo del roce de nuestras manos
el otro día, a mi también me pareció especial, no he podido olvidarlo, eso debe
ser porque no soy tan prepotente... digo yo. Igualmente creo que ya es muy
tarde, y no me gustaría que tus padres se preocupasen por ti. ¿Me dejas
acompañarte a casa? Prometo no propasarme.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ana se sentía humillada, pero no por él, sino por ella
misma. Estaba paralizada, aterrada, y se sentía como desnuda. Asintió a duras
penas con la cabeza.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Espera, Lorena y yo quedamos en que volveríamos juntas. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Mientras tu me ponías verde Marcos me ha dicho que la
llevaba a casa, pero estabas tan entusiasmada con tu discurso que no te has
dado ni cuenta. Por cierto, agradezco tu sinceridad, me da la impresión de que
nadie es sincero conmigo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Salieron de la discoteca y pusieron rumbo a casa de Ana, se
cruzaron con Marcos y Lorena que se despedían en el portal con un casto beso
rápido. Una vez en el portal de Ana la cosa se volvió realmente tensa. Ella
quería pedirle disculpas y el no podía dejar de mirar sus ojos. Pero cumplió
con su palabra y le dio las buenas noches con un beso en la mejilla y la promesa
de ella de que le diría adiós desde la ventana cuando ya estuviese en casa. La
cita para el día siguiente ya había sido fijada, otra noche sin dormir para los
cuatro, miles de sentimientos cruzados en el ambiente.</span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-15722049375499465352011-11-11T19:11:00.001+01:002011-11-11T19:17:25.549+01:0045 Segundos<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>Este es mi relato de participación en el concurso organizado en el blog "La voz de Astarielle", espero que os guste. Os animo a todos a participar, y para ello os dejo el enlace. Besos ¡¡ </b></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b><br /></b></span><br />
<a href="http://astarielle-miblog.blogspot.com/2011/10/i-certamen-de-relatos.html#comment-form"><b><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">http://astarielle-miblog.blogspot.com/2011/10/i-certamen-de-relatos.html#comment-form</span></b></a><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hacía tres meses que había aprobado las oposiciones como
enfermero del hospital comarcal y ese gran paso me había supuesto abandonar mi
ciudad de origen y sumergirme en una gran ciudad que me hacía sentirme aún más
solo. Con veinticinco años la ventaja más clara que le veía a la nueva
situación era que desde que había empezado a trabajar me había
acostumbrando a utilizar el trasporte
urbano como medio más rápido para llegar al trabajo. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Cada mañana en la estación de metro coincidíamos prácticamente
los mismos, pero lo que me pareció aún más curioso es que estuviese del turno
que estuviese siempre estaba en aquel anden una chica menuda que hacía en mismo
recorrido que yo, aunque curiosamente jamás había coincidido con ella en el
hospital. Empecé a sorprenderme a mi mismo buscándola con la mirada, añorando
su presencia cuando no estaba y observando cada uno de sus movimientos, lentos
y suaves, cada vez que rebuscaba algo en su abultado bolso. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hoy es viernes, y por primera vez desde hace casi un mes,
voy a librar el fin de semana. Por una parte estoy contento, pero por la otra
me agobia pensar que estaré dos dias sin verla. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El ruido del metro, que antes me parecía insoportable, ya
era menos molesto para mis oídos. Cada día intentaba acercarme más a ella, que
siempre se sentaba con un libro en la mano esperando plácidamente nuestra
parada. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Su mirada grisácea era triste pero irradiaba una belleza
difícil de explicar, e imposible de olvidar. Nunca he sido cobarde, así que
decididamente de hoy no pasa que le diga algo. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Me siento a su lado, puedo notar el olor de su perfume,
sensual y embriagador. Durante dos segundos me paro a tomar aire, tan solo me
quedan dos paradas para dar el paso. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Hola, creo que trabajamos en el mismo sitio. Soy Daniel. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ella me sonríe tímidamente y cierra el libro poniendo un
dedo en forma de marcapáginas. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Creo que si, soy Claudia.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El metro frena en seco. Me temo que nuestro trayecto a
tocado su fin, pero no puedo perderla ahora. Le pregunto si vamos juntos hasta
la entrada del complejo hospitalario y asiente con la cabeza. Estoy tan embelesado por la dulzura de sus
escasas palabras que ni tan siquiera escucho el claxon. A partir de ahí, tan
solo un golpe seco, el aire en bocanada sobre mi cabeza, y un sonido hueco tras
mi cabeza. Luego la oscuridad. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hoy he abierto los ojos, y ella estaba a mi lado, con un
inseparable libro entre sus manos. Enseguida una tropa de médicos y enfermeras
me rodean, y dejo de verla. En cuanto mi garganta puede emitir un leve sonido
les pregunto que es lo que me ha pasado. Me informan de manera muy formal que
una ambulancia me ha atropellado a la entrada del hospital, y que he estado 15 días
en coma. Todos abandonan la habitación excepto una enfermera. Veo a Claudia
tras la cristalera, con lágrimas en los ojos y entonces me doy cuenta de que
ella también está herida. Le pregunto discretamente a la enfermera que es lo
que le ha ocurrido y me dice que sufrió el atropello conmigo y que a pesar de haberse
roto el hombro en el impacto había estado cuarenta y cinco segundos
reanimándome, hasta que consiguió que mis constantes volviesen. También me
contó en el oído que no se había separado de mi ni un segundo. Mis propios
pensamientos se han visto interrumpidos por la presencia repentina de mis
padres en la habitación. Mi madre se abraza a mí fuertemente, tanto que me
lastima. Mi padre, más comedido golpea mi hombre y se da la vuelta con los ojos
llorosos. Claudia ya no está tras la cristalera. Las horas parecen no pasar en
esta habitación confinado, necesito verla, volver a sentir su perfume sobre mi
piel. Se está haciendo de noche y me siento incompleto, el cuerpo empieza a
dolerme y tengo la sensación de haberla perdido para siempre. Las visitas se
iban marchando, y nos había traído algo de comer una enfermera diferente a la
anterior. No probé bocado. Pensé que ya había cambiado el turno y que mis
esperanzas de que Claudia volviese cada vez eran más escasas. Cerré los ojos
con la sensación de haber perdido a la mujer de mi vida…</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Me has dado un susto de muerte.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Su voz. Era su voz la que me hablaba y por un instante pensé
que estaba soñando. Quise levantar los brazos para acariciarle la cara, pero no
fui capaz. Le pedí que se acercase y con una suave voz hacerte a decirle
lentamente: </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Estoy enamorado de ti desde el primer día que te vi en
aquel andén. No me hubiese importado morir a tu lado. Mi sueño ya se habría
cumplido. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Me beso suavemente y ya no noté más dolores, tan solo el
sabor de fresa de sus labios.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 18.0pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-62873188019618090822011-11-08T20:30:00.000+01:002011-11-08T20:30:24.102+01:00LA CANCIÓN SILENCIOSA 2ª PARTE<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">A pesar de los esfuerzos porque no pudiese volver a entrar en mi e-mail impidiendome asi que pudiese seguir colgando cosas en mi blog, aquí estoy de nuevo. Mil gracias a Rocio y Andrés por ayudarme, os quiero ¡¡¡ </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">(…) Aquella noche de sábado se convirtió sin querer en una
manada de sentimientos contradictorios. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Ana, perpleja
ante ese pequeño roce que le había sacudido las entrañas, Javier sorprendido
por si mismo al darse cuenta de que por primera vez en su vida no podía
quitarse la mirada de una chica de su mente, cuando lo habitual era que no
olvidase su escote. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Marcos,
contemplo durante largo rato sus manos temblorosas sobre las sabanas, oliéndolas
de vez en cuando por si parte del aroma de Lorena se había quedado en ellas. Y
Lorena, tras mirarse largo rato en el espejo, acabo dándose cuenta de que
quizás algunas de las cosas que tan solo ella veía estaban dentro de su
imaginación y se habían borrado tras la dulce mirada color canela de aquel muchacho
que no dejaba de tartamudear. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> El sueño
acabó venciéndoles a todos a altas horas de la madrugada. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> El día
siguiente, Domingo, se les presentaba muy ajetreado a las chicas. Por la mañana
irían de compras ya que por la tarde estaban invitadas al cumpleaños de Rocío
que cumplía los tan ansiados dieciocho años. Se mandaron un par de sms entre
ellas y quedaron en media hora en la tienda de complementos de la esquina,
apenas las separaban dos portales. Nada más verse se abrazaron, como siempre,
pero el miedo a quien hablaba primero las paralizaba.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Cómo pudiste hacerme eso? Creí que me moría al verlo
llegar- Dijo finalmente Lorena.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Bueno ya estábamos hartos de vuestras miraditas y tonterías
en el insti, ya era hora de que alguien hiciese algo ¿no?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Cómo que estabais? ¿Tú y quien más?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Ana se
encontró de repente atrapada por sus propias palabras, y notó como el rubor subía
rápidamente a sus mejillas. Volvió a sentir el roce de él sobre su mano y se la
acaricio a si misma inconscientemente.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿Te has puesto colorada? Hace años que nadie conseguía que
te pusieses colorada… ¿Quién es? Venga, dímelo- imploraba su amiga.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-Eso no importa ahora, lo más importante es como te fue a
ti, cuéntame.<span style="font-variant: small-caps;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-La verdad es que es muy calladito, muy sencillo y tiene un
encanto especial. Hablamos de música, del insti… bueno, ya sabes.<span style="font-variant: small-caps;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-¿No intentó besarte? ¿O darte la mano?- Le preguntó Ana
intrigada.<span style="font-variant: small-caps;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">-No, tan solo rozaba mis brazos de vez en cuando porque
hacia un poco de frío, nada más. Le temblaba la voz.<span style="font-variant: small-caps;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Mientras Ana
veía un inmenso resplandor en los ojos de su amiga, pensaba en la caricia
fortuita que se habían cruzado la tarde anterior ella y Javier, no sabía como quitársela
de la cabeza, pero sus pensamientos eran tan profundos que dejo de escuchar la
voz de Lorena durante unos minutos. Una vez comprado el regalo, una bufanda
preciosa de lana virgen, cada una de ellas regresó a su casa. Sabían que la
fiesta de aquella tarde iba a ser muy divertida y animada, ya que el padre de
Rocío, un acaudalado cirujano, les había reservado la sala entera de una
discoteca para la fiesta privada. Las dos deseaban estar perfectas. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Sobre las
siete de la tarde Ana fue a casa de su amiga, sabiendo de antemano que no
estaría preparada, ya que jamás se encontraba bien con nada de lo que se ponía.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Entre las dos
encontraron la ropa adecuada y se maquillaron para la ocasión.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Estaban nerviosas, pero no tanto por la
fiesta como por lo acontecido la noche anterior.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Finalmente se
encontraron frente a la puerta de la discoteca, ilusionadas la abrieron. Lo que
en un principio parecía oscuridad, empezó a llenarse de colores y sala pareció
quedarse vacía cuando vieron a lo lejos a Javier y Marcos, sin ni siquiera
darse cuenta de que entre los cuatro se cruzaban unas miradas de miedo y
entusiasmo…</span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-9784030417850943912011-11-07T18:59:00.001+01:002011-11-07T18:59:29.935+01:00LA CANCIÓN SILENCIOSA<br />
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Era el último
curso de instituto y las hormonas ya estaban muy aceleradas entre los miles de
alumnos allí congregados. Tan solo había pasado un mes desde que se iniciase el
curso, pero todos ellos se conocían ya bastante de años anteriores. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Ana y Lorena,
habían compartido todos los cursos de su vida estudiantil, eran uña y carne
desde primero de primaria. Era curioso ver como dos chicas tan diferentes podían
compenetrarse tan bien. Ana era atrevida, provocativa y extremadamente
sociable. Por su parte, Lorena era una pequeña chica llena de complejos
inventados que la atormentaban a cada paso, los cuales trataba de cubrir bajo
ropa ancha y pelo siempre suelto sobre su cara. Las dos eran buenas
estudiantes. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Como todos los
años, también en éste, se encontraban en la misma clase que Javier y Marcos. El
primero todo chispa, el más popular del instituto, guapo y arrogante. El
segundo extremadamente tímido y correcto, con esa media sonrisa que escondía su
mirada.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> En una de esas
mañanas horrorosas de instituto donde parece que todo debe salir mal, a Lorena
no le dejaron acceder a una clase por llegar un minuto tarde, así que salio al
patio y se sentó en un banco. Ella aun no era consciente de que Marcos se había
retrasado aposta para poder observarla a solas. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Pasaron un mes mas entre miradas furtivas y escapadas de
timidez, hasta que sus mejores amigos se dieron cuenta de la situación, y a
pesar de ser “enemigos naturales”, decidieron “mediar” en dicha situación. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Una tarde Ana y
Javier decidieron quedar a solas, para halar del tema. Durante el trayecto ella
no podía dejar de pensar en aquel chulo que creía que podía avasallar a
cualquiera porque era “mono” y a él no se le salía de la cabeza que había
quedado con una pija estúpida que lloraría si se le rompía una uña. Cuando
llegaron al sitio acordado ninguno de los dos dijo absolutamente nada de lo que
pensaba y tan solo se limitaron a cuajar el plan que haría que sus amigos
pudiesen dirigirse al menos unas palabras. Finalmente decidieron que el sábado
seria el día ideal, y planearon cada paso minuciosamente. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Cuando el sábado
llegó, entre Ana y Javier ya se habían cruzado más de veinte mensajes de móvil,
y todo estaba minuciosamente preparado. Cada uno de ellos por separado quedó
con su amigo en una zona concreta del parque, en teoría para salir a tomar
algo. A la hora precisa, Ana y Javier tomaron posición en una zona que le daba
una amplia panorámica de la zona del encuentro manteniéndoles a ellos
escondidos. Ana estaba ilusionada, y Javier extrañamente nervioso.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> El primero en
aparecer fue Marcos, con las manos en los bolsillos, recién afeitado y
perfectamente peinado. Se sentó en un banco bajo un árbol. Miraba
constantemente hacia los lados tímidamente, esperando la llegada de su amigo
Javier. Lorena se retrasaba, incluso se llegaron a temer que no apareciese, que
se lo hubiese pensado mejor en el ultimo momento. Pero casi quince minutos más
tarde allí estaba, con una falda y unos pequeños tacones, tal y como le había
sugerido su amiga. Se sentó en un banco cercano al de Marcos, en silencio, cruzándose
de vez en cuando miradas leves. Ana y Javier pensaron que aquello no iba bien,
Marcos empezaba a frotarse las manos, a levantarse y sentarse continuamente y
Lorena estaba como paralizada. Finalmente y tartamudeando, Marcos le preguntó a
Lorena si tenía frío, ofreciéndole su chaqueta. La brisa que se había levantado
era bastante fría. Se sentó a su lado. Ana y Javier respiraron, y sin darse
cuenta rozaron sus manos. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Cuando Ana ya llevaba
en casa más de dos horas le llegó un mensaje al móvil: “¿Sabes? Esta noche he oído
música sin escuchar un solo sonido”.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Ana sonrió y recordó que ella misma que
durante un instante también escuchó esa música… </span></div>trasnochadorahttp://www.blogger.com/profile/14920377807521539452noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3512689442266760191.post-74787736301435340262011-09-29T10:14:00.002+02:002011-09-29T10:14:24.204+02:00LAGRIMAS DE AGUA DULCE<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>Hola a todos/as: </b></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b><br /></b></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>Ya ha llegado el otoño y con el una nueva temporada de cuentos personalizados. Espero que os gusten tanto como siempre, si no es así también podéis decírmelo. El primer cuento de esta nueva temporada he decidido dedicárselo al medio ambiente, en concreto a la escasez de agua que cada año es más evidente. Ya me diréis que os ha parecido. Besos ¡¡¡</b></span><br />
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Ramón
siempre había sido uno de aquellos muchachos que, por la época en que nació, se
vio obligado a trabajar en el campo desde que tenía apenas seis años.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Hoy
en día, y con casi sesenta y cinco años, mira al horizonte recordando cada una
de las experiencias allí vividas, con sabor agridulce de tener la sensación de
que algo se había hecho mal desde unos años hasta aquí. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Entre
sus recuerdos hay uno muy especial, en él ve claramente a su padre mientras
saca agua del pozo para regar a mano la inmensa extensión de fresas que solían
plantar cada año, tarea que pasó a ser parte de sus obligaciones a los nueve
años. En aquellos silenciosos amaneceres en que Ramón regaba con esfuerzo las
fresas, vivía una de las experiencias que más le gustaban del mundo, pues a esa
hora se despertaban la mayoría de los animales, que parecían querer darle los
buenos días con su presencia. Aún hoy, cada vez que Ramón cierra los ojos le
parece volver a esa época, oliendo la hierba húmeda, escuchando el trinar de
los pájaros y, a lo lejos, el ruido de la pequeña cascada que tenían muy cerca
de casa. Con tan solo mirar el cielo sabía si el día iba a ser soleado o no,
incluso podía predecir si iba a llover. Era una época en que a los padres se
les llamaba de usted, donde los valores y la educación se basaban en el
respeto, hacia todo y todos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">También
recuerda nítidamente las miles de caídas en bici que había sufrido mientras
recorría el kilómetro y medio que separaba su casa de la escuela, a la que
jamás llegó tarde.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">A
veces, sobre aquella piedra y mientras anochece, también le gusta recordar el
primer beso en la mejilla que le dio a la que después fue su esposa durante
cuarenta y seis años, mientras la luna brillaba como nunca y reflejaba su cara
en el pequeño río donde se refrescaba desde pequeño, notando como los peces le
acariciaban las piernas mientras lo hacia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Mientras
la vida pasaba, él jamás descuidó la tierra que le daba tanto alimento, que era
tan generosa con él. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Los
hijos tardaron en llegar, pero finalmente lo hicieron entre una nube de
felicidad por parte de Ramón y de Carmen, su esposa. La primera en nacer fue
Margarita. Y solo tres años después, llegaría Antonio. Ramón pensó en aquel
entonces que no podría existir en el mundo nadie más feliz que él.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Criaron
a sus hijos del mismo modo en que los habían educado a ellos, pero los tiempos
habían cambiado y pronto se dieron cuenta de que todo cuanto ellos les habían
inculcado no tenía cabida en la sociedad actual. Los hijos se fueron de casa
para vivir en la gran ciudad, y se olvidaron de donde venían.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Pronto
Ramón se vio visitando a sus hijos en una ciudad llena de coches, en una casa
donde había mil cosas que nunca había necesitado, y bajo un cielo donde no se
podían ver las estrellas. No, a Ramón no le gustaba la ciudad, con todo ese
ruido, esas luces encendidas toda la noche, y esa poca importancia a lo
imprescindible. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Una
tarde Ramón, deseoso de volver a su modesta casa, bajó a la calle de esa gran
ciudad para tomar el aire, y no solo se dio cuenta de que el aire que allí
respiraba no era como el que él tenía, si no que asombrado observó como una
pareja joven lavaba su coche en la calle, y mientras lo hacían dejaban la
manguera abierta en el suelo, sin cerrar el agua, sin ni siquiera importarles a
donde iba. Ramón entonces les llamó la atención, y ellos se rieron de él. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Cuando
finalmente Ramón volvió a su hogar, se sentó en el porche, y observando a las
ardillas que correteaban frente a él, se dijo a si mismo que el mundo se estaba
volviendo loco. Al poco tiempo recibió una llamada urgente, su hijo había
sufrido un accidente de tráfico y se encontraba ingresado grave en el hospital.
No se lo pensó dos veces y, cogiendo el primer tren que iba a la capital, se
presentó en cuanto pudo en el hospital.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;"><span> </span>Una vez allí, con la mano de su hijo entre las
suyas, le dijo aún sabiendo que posiblemente no lo escuchaba: “Hijo, ¿qué te ha
hecho esa máquina? ¿Ves como era más seguro ir en bici?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Ramón
mantuvo la compostura en todo momento, mientras vivía emocionantes momentos en
la sala de aquel hospital, solo. Al tercer día, llegó su otra hija, y tras
abrazarla, le preguntó:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">-¿Por
qué has tardado tanto en venir?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">-
Estaba muy ocupada con el trabajo papá. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">-¿Tan
ocupada como para dejar que tu hermano esté solo en el hospital?- Dijo Ramón
mientras una lágrima salada recorría su mejilla- No hay nada tan importante
como estar con la familia cuando te necesita. ¿Qué os está pasando? ¿Es que ya
no pensáis en nada? Ni en la familia, ni en la tierra que pisáis… ¿Qué creéis
que va quedarle a vuestros futuros hijos si ni vosotros mismo respetáis lo más
básico?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">-Perdona
papá, tienes razón.- Dijo Margarita, sabiendo que su padre jamás los había
educado así.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Tras
dos semanas y media, Antonio despertó del coma viendo la cara de su padre en
primer lugar, y sonriendo le dijo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">-Es
verdad papá, esto nunca me hubiese pasado con la bici.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Antonio
se recuperó poco a poco de todas sus lesiones, y volvió a la normalidad, así
que Ramón regresó a su lugar. Pero en esta ocasión, cuando sentado en el porche
de su casa miró al horizonte se dio cuenta de que le faltaban más de la mitad
de los árboles que solía observar, y aprovechando que un vecino volvía de la
poca cosecha de maíz que había tenido ese año, le preguntó: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">-Rafael,
¿Sabe usted qué le ha ocurrido al bosque? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">-Sí,
lo sé- dijo con cara triste-. Mientras usted ha estado atendiendo a su hijo en
el hospital, han venido unas máquinas gigantescas y se han dedicado a destrozar
todo el bosque…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">-
¿Y eso por qué? ¿Alguna plaga?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">-
Sí- le dijo Don Rafael a Ramón-, la plaga del egoísmo, y eso que llaman
civilización. Es para hacer una carretera nueva, por la que van a pasar miles
de coches cada día, y les ha dado lo mismo que nuestras tierras estuviesen ahí,
porque según ellos es más importante la carretera que nuestros animales o nuestras
plantaciones… ¿Desde cuándo es más importante un camino? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Tras
continuar la conversación un largo rato, Ramón apenas podía creerse lo que oía.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Ahora,
tras más de diez años de aquello, cada vez que Ramón se sienta en la roca donde
le dio el primer beso a su mujer, ya no ve reflejada la luna, pues el río ahora
es riachuelo, y su agua ya no es cristalina. Y cuando levanta su vista, ya no
hay tantas estrellas brillando. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Pero
Ramón sigue levantándose todos los días al alba para regar con el agua del pozo
su pequeño huerto. Aún queda algún pequeño animal rezagado que se niega a ver
como la tierra se muere, que le viene a dar los buenos días. Pero Ramón ya no
puede predecir si hará un buen día o no, porque el humo de las chimeneas de las
empresas que han edificado alrededor de su pueblo llenan el cielo de nubes
artificiales. El sol ahora calienta más que nunca y como la gente no cuida los
ríos y los mares, cada vez hay más escasez de agua.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Hace
dos años que su pozo apenas tiene agua, porque el manantial que lo llenaba fue gravemente
dañado al construir la carretera.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">A
pesar de que el daño ya está hecho, Ramón sigue contándole a sus nietos cómo
era antes aquel lugar, con la esperanza de que ellos sí sean buenos con la
naturaleza. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Allí
sentado, Ramón sigue pensando en qué hizo mal, en por qué nadie se da cuenta de
lo que se pierde cada minuto. Empiezan a caer pequeñas gotas de lluvia, hacía
meses que no llovía, y parecen querer decirle a Ramón que no son gotas, sino pequeñas
lágrimas, las mismas que él derrama cada vez que mira el rincón del río en donde
había compartido mil aventuras con sus amigos, con sus padres, y con su novia y
después mujer, y que ahora está seco y espumoso, agonizante. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Sí,
sus nietos siguen subiéndose en las bicis en su jardín, pero ya no disfrutan de
los miles de animales, de las estrellas, de la cascada y, sobre todo, del aire
puro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Por
eso, la roca que antes era su lugar preferido, se ha convertido poco a poco en
un escaparate de cómo las personas destruyen todo a su paso, de cómo dejan que
la tierra muera sin hacer nada para salvarla, de cómo miles de hombres, mujeres
y niños cada día contribuyen a que la tierra se seque sin darse cuenta de que
cada luz encendida, cada grifo goteando, cada tubo de escape… significa una especie
animal extinguida, un río seco, un gasto inútil de gasóleo, un aire más
contaminado que crea enfermedades cada vez más complicadas de curar, y la falta
de las flores y sus olores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;">Sí,
ya nada importa, porque en nombre del progreso se está envenenando la tierra y
con ello a las plantas y los animales. Porque sin agua no pueden crecer los
alimentos. Y porque sin estrellas, nuestros sueños ya nunca serán tan
maravillosos. Y una nueva lágrima salió de los ojos de Ramón, pero esta vez no
era salada, pues su río seguía en su alma. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: Arial;"><span>
</span>FIN<o:p></o:p></span></div>
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