Para ti, mi vida:
Cuando naciste supe que eras especial, a tu manera, de manera diferente a todos los demás, diferente pero no peor.
Han pasado diecisiete años desde aquel momento, y ahora los que creías tus héroes se han convertido en villanos, provocando que tus días y tus noches sean solitarias, tras las ventanas de un centro que nunca debió tenerte entre sus inquilinos.
Los seiscientos Kilómetros que nos separan se hacen mucho más largos cuando de algún modo sé que no puedo hablar contigo, que no puedo verte tanto como quisiera, que tus pensamientos a veces no te llevan por el buen camino.
Pero siempre estoy ahí hijo, da igual lo que suceda, cuanto quieran envenenarte contra mi, cuanto daño puedan llegar a hacerme… porque he aprendido a ser fuerte, a luchar por los que quiero, a no dejar que me pisen y sobre todo, a darme cuenta de cómo manipulan tu mente aquellos que decían quererte.
Hoy te envío esta carta para que reflexiones, para que de una vez por todas abras los ojos ante esa gente que tanto daño te está haciendo y finalmente sepas quien está de tu lado.
Has cometido muchos errores, lo se, y estoy convencida de que tu también lo sabes, pero eso no impide que yo este a tu lado, bajo cualquier circunstancia, dispuesta a abrazarte en cualquier momento.
Mis noches son agónicas sin ti, hijo, pero ahora estás bien cuidado. Es verdad que no eran las formas ni el modo adecuado, que en el fondo no deberías estar encerrado, pero bueno, quien firmo el ingreso fue uno de tus héroes, buscando tal vez la manera más fácil de hacerme daño.
Ahora soy fuerte, lucharé por ti, nunca estarás solo… pero si decides quedarte con ellos, entonces yo me apartaré de tu lado, con el alma rota, vencida y sin dejar de pensar que pudiste escoger otro camino.
Estoy aquí, hijo, coge mi mano y sígueme por el camino que te marque, no dejes que las falsas promesas te sigan nublando, porque al final esas mismas promesas son las que te dañan.
Pronto volveré a verte, las dos horas de rigor, pero vale la pena por sentir tus brazos rodeándome, por mirarte a los ojos y sobre todo por cada una de tus palabras.
A veces, aun noto como te meneas en mi vientre, y eso me hace recordar que una parte de ti siempre estará dentro de mi, revoltoso e inquieto.
Ahora tan solo te pido que seas capaz de diferenciar amor de interés, héroes de villanos y que no te dejes manipular por palabras vacías que nunca te llevarán a ninguna parte.
Espero que esta carta te llegue pronto, y que las mismas manos que la abran me abracen fuertemente mientras me dices: “Mama, te quiero mucho”.
Cuídate hijo, hasta pronto.
Te quiere,
Mama.
Preciosa... Carmen, un diez... Transmites lo impensable en stas palabras. T felicito, un beso.
ResponderEliminarla verdad es que si... es todo sentimiento puro, y desde luego le ha salido del alma. Muchas felicidades y muchos besos... te los mereces ¡¡¡ Gracias por tu coment Astarielle.
ResponderEliminarEs preciosa, toda una belleza en palabras. ¡Enhorabuena a la autora!
ResponderEliminar¡Muchos besitos de café! <3
Mocca
Ufff, se me han puesto los pelos de putna y se me ha salido la lagrimilla.
ResponderEliminarUna carta llena de Amor y tristeza a la vez. Refleja el amor y el dolor de una madre por su hijo.
Sin duda y sin menospreciar el trabajo de los demás; creo quee s la mejor carta!
La carta es preciosa... cuántos sentimientos, qué emotiva y también triste.
ResponderEliminarBesos